Alejo Sauras: “En el festival de Aguilar de Campoo fue donde por primera vez vi un trabajo mío proyectado en pantalla grande”
El actor Alejo Sauras recibió en la 34ª edición de Aguilar Film Festival su máximo galardón, el Águila de Oro, en la gala de clausura. Un certamen que bien conoce, tras su paso por Aguilar de Campoo en otras seis ocasiones. La primera fue en 1997, cuando acompañó al director Indalecio Corugedo a la presentación del cortometraje Copia Nueva. Con este mismo director, también estuvo en otras dos ocasiones con los cortometrajes Verbena y Paréntesis. En 2000, ya convertido en uno de los actores jóvenes más populares del país, estuvo en el AFF como miembro del jurado del concurso de cortometrajes.
Nacido en la localidad mallorquina de Esporles en 1979, inició su trayectoria con varias representaciones teatrales en 1996 y con pequeñas apariciones en series como Menudo es mi padre o Compañeros, haciendo su primera incursión en el cine con otro breve papel en Mensaka (Salvador García, 1998). Poco después lograría su primer trabajo protagonista en la serie Al salir de clase, que le otorgó una notable popularidad y supuso un gran impulso a su carrera. En el ámbito del cortometraje ha desarrollado una amplia trayectoria, trabajando en una decena de obras. En cuanto al teatro, ha protagonizado obras como El eunuco (2014) o Edipo. A través de las llamas (2021).
-El Aguilar Film Festival, un festival que usted bien conoce le entrega su máxima distinción, el Águila de Oro, ¿qué supone recibir este premio?
Cualquier reconocimiento al trabajo siempre es algo que hace muchísima ilusión y a mí, en este caso, me hace una ilusión especial porque yo he crecido con este festival, mis primeros trabajos, mis primeros cortometrajes, los presenté aquí. Viví la Semana de Cine y además he sido jurado, tengo un vínculo muy especial con este certamen y con Aguilar y que me hayan concedido este premio para mí es una ilusión tremenda.
- Se formó en una de las escuelas más emblemáticas de nuestro país, la de Cristina Rota ¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo de la interpretación?
Lo recuerdo con mucho cariño, los recuerdos son siempre muy bonitos y muy románticos. Guardo un gran recuerdo de aquella época, por la escuela, por todo lo que viví. Fueron los mismos años que venía al festival de Aguilar y lo recuerdo con una sensación de vértigo muy bonita, de no saber a lo que te enfrentas, ni a lo que te depara el futuro, era mi adolescencia y lo recuerdo con mucho cariño. Aprendí muchas cosas en la Escuela y luego he aprendido mucho más. Hay un poco de esta etapa en la persona que soy ahora.
-Su papel en la serie Al salir de clase le otorgó gran popularidad y supuso un gran impulso a su carrera. TambiénLos Serrano fue un hito en su carrera. No cabe duda de que la televisión es un medio que le ha dado grandes oportunidades. ¿Cómo valora su paso por estas series?
A mí la televisión me ha dado la vida, mi carrera está hecha en televisión, he hecho muchas películas y, de todas ellas, de todos los personajes que he hecho, estoy muy orgulloso, pero mi carrera se ha fraguado, se ha cocinado en la televisión, es a lo que debo el éxito que pueda tener y también la formación que he podido adquirir. Siento un gran cariño por esos proyectos, todos ellos me enseñaron muchísimo, aprendí de ellos, el actor mejor o peor que soy se lo debo a esos papeles.
-En el ámbito del cortometraje ha desarrollado una amplia trayectoria, trabajando en una decena de obras entre las que se encuentran Verbena (Indalecio Corugedo, 1998), Macarra (Jimmy Barnatán y Fernando Guisado, 2006), Inolvidable (Diego Carballo y Daniel Carlón, 2012). ¿Qué destacaría del sector del cortometraje? ¿Qué le ha aportado a su carrera profesional?
Yo del sector del cortometraje destacaría la pasión, es un común denominador en todos los cortometrajistas, la pasión que tienen por contar la historia que quieren contar. Tienen muy pocos medios, tienen muy poco tiempo para hacerlo y tienen que condensar toda la historia que quieren contar en muy pocas secuencias, que además hacen sin tener infraestructura. Por eso creo que la pasión que le ponen es lo que hace despertar el talento. Para ser director de cine, primero tienes que ser cortometrajista, pero más que nada para medir tu talento. A lo mejor no tanto porque ese cortometraje que estás haciendo pueda llegar muy lejos, porque todos sabemos que el recorrido de los cortometrajes, la mayoría de los veces, desgraciadamente no es muy largo, pero sí sirve para medir el talento que tienen.
-El festival de Aguilar sigue apostando por los cortometrajes, producciones que quizá no tengan un respaldo en otros ámbitos ¿Qué piensa de festivales como el AFF, que lleva 34 años proyectando en sala cortometrajes?
Yo creo que los festivales de cortometrajes no es que sean importantes, es que son necesarios, creo que es un pilar fundamental de la industria cinematográfica. Si no existen los cortometrajes, no podemos tener un filtro para los largometrajes. Entonces, ¿cómo sabemos quién merece dirigir una película, a quién deben dar financiación o en quién deben confiar aquellos que ponen todo lo necesario para poder hacer un largometraje? Son necesarios, primero para saber quién vale realmente y quién es digno de hacer un largometrajes; segundo, para que ellos también lo sepan, ellos lo midan; y, en tercer lugar, porque es la gran escuela, es como el MIR del cine, si no tienes cortometrajes no sabes lo que es capaz de hacer.
-Ha trabajado en televisión, cine, teatro… ¿En cuál de estos medios se encuentra más cómodo?
Yo, particularmente, nunca en mi vida he distinguido entre formatos. Creo que los actores debemos seleccionar los personajes que interpretamos, por cómo son. Si tengo que ampliar ese espectro lo amplío a quién es el director o la directora que va a dirigir. Que esa cámara sea de cine o de televisión, teniendo en cuenta que hoy en día son las mismas, me da igual.
-¿Hay algún personaje que le haya marcado a nivel personal en su vida?
Todos los personajes me han marcado, me han marcado mucho. Me esfuerzo mucho en crear a los personajes, pienso muchísimo en ellos, convivo mucho con ellos y desde que empiezo un proyecto hasta que lo termino, vivo con ese personaje dentro, me deja marcado. No sabría destacar a ninguno por encima de los demás, los guardo a todos con un cariño tremendo.
-¿Y algún director con el que haya trabajado?
Con David Trueba, con él disfruté muchísimo y descubrí muchas cosas del cine. Aprendí mucho sobre el cine, aprendí del arte en las cosas pequeñas. David me enseñó cómo valorar el arte y lo pequeñito de un personaje, lo que dice un personaje que apenas dice nada. Le destacaría a él, como a tantos otros con los que he trabajado y tengo un cariño especial.
-¿Con quién le gustaría rodar?
Hay muchos, por ejemplo con Daniel Calparsoro o con Rodrigo Sorogoyen, pero creo que cualquier director que quiera trabajar conmigo, es suficiente motivo para querer trabajar con él.
-¿Cuáles son sus proyectos actuales? ¿Alguno está relacionado con el cortometraje?
Ahora mismo estoy en teatro, con Edipo, que es una función bastante complicada y estamos de gira por España hasta finales de febrero. De momento, no tengo ningún proyecto relacionado con el cortometraje. Cuando termine con Edipo empiezo con otra función de teatro en marzo, que también nos va a llevar un año.
-Ha estado en Aguilar Film Festival en otras seis ocasiones, ¿qué recuerdos guarda de su paso por Aguilar de Campoo?
Guardo muchísimos recuerdos maravillosos. Fue el primer festival al que vine y en el que vi por primera vez un trabajo mío proyectado en una pantalla grande. Fue el primer cortometraje en el que trabajé, la primera vez que me junté con gente del cine y que pude vivir la experiencia del cine fuera de las pantallas, y guardo un recuerdo maravilloso de ello. Luego, Aguilar de Campoo me ha traído muchas experiencias, muy bonitas a lo largo de mi vida, te podría contar un montón de anécdotas, pero me quedo con el todo, que es lo que he vivido en este pueblo.
Inés París: “Las mujeres hemos conseguido muchas cosas en el mundo del cine y la televisión, pero no hay que despistarse con espejismos”
La 34ª edición de Aguilar Film Festival otorgaba, en la sesión de clausura celebrada ayer, el Águila de Oro a la directora Inés París por su trayectoria profesional. Con una dilatada experiencia en el mundo del audiovisual, inició su trayectoria junto a Daniela Fejerman en los cortometrajes A mí quien me manda meterme en esto (1999) y Vamos a dejarlo (2000), a los que seguirían los largometrajes A mi madre le gustan las mujeres (2002), por el que fue nominada en los premios Goya en la categoría de Mejor Dirección Novel, y Semen, una historia de amor (2005). Posteriormente, proseguiría su carrera en solitario con las películas Miguel y William (2007), el documental Manzanas, pollos y quimeras (2013), con otras dos nominaciones en los premios Goya, y La noche que mi madre mató a mi padre (2016).En los últimos años ha centrado su actividad en la televisión, dirigiendo para TVE la serie documental Iguales (2013) y trabajando en proyectos como El accidente (2018) o La valla (2020).
-El festival de Aguilar reconoce este año su trayectoria profesional, ¿cómo recibe este galardón?
Yo pienso que los galardones, los premios y los reconocimientos son siempre una gozada, es una cosa que te anima. La profesión del cine y de la televisión, del audiovisual, en general, es duro, para las mujeres terriblemente dura, diría yo. Y como todo cuesta tanto, creo que cualquier momento que es gratificante es estupendo y hay que disfrutarlo muchísimo. Yo, que tengo 60 años, sigo peleando cada día para sacar adelante mis proyectos y me cuesta, por eso cada vez que te reconocen algo es una gozada.
-Nació en Madrid en 1962, es licenciada en Filosofía, directora y guionista con una dilatada experiencia en cine y televisión ¿Cómo llegó al mundo del cine?
Bueno, ha sido un trayecto largo, creo que a mí me influyó muchísimo mi ambiente familiar. Siempre lo digo, yo soy de una familia de intelectuales, mi padre era filósofo, Carlos París, al que siempre recuerdo, porque me criaron en una casa donde nos enseñaron a discutir y a pensar de manera personal, y donde me enseñaron también a ser feminista. Me enseñaron que podía lograr cualquier cosa y mi sexo no debía ser jamás un obstaculo, pero también me enseñaron que nuestra sociedad iba a intentar que no llegase a través de mecanismos de discriminación, que además eran invisibles.
Después creo que, sobre todo, he sido una persona creativa, con muchas ganas de contar cómo veo el mundo y cómo creo que se puede cambiar. En ese sentido fui probando muchas cosas, primero fui actriz, hice muchísimas cosas en teatro; fui ayudante de dirección en el Teatro Nacional durante muchos años, en Madrid con Miguel Narros, entre otros; después empecé a escribir y luego consideré que tenía que dirigir, porque era la única manera de que mis proyectos llegaran a buen término. He ido labrando un camino, paso a paso, buscando mi hueco donde podía y, a veces, teniendo que pegar una patada para que me lo abrieran.
-¿Qué dificultades tuvo en esos comienzos?
Yo pienso que hay dos dificultades que son distintas, una de ellas es la dificultad que, a mí me parece más apasionante, que también estimula, que es la dificultad de encontrar tu propia mirada, o sea, lo que es puramente el trabajo creativo. Por un lado, aprender un oficio, que es un oficio con cierta complejidad, y por otro lado, aprender a valorarte a tí mismo y aprender a contar lo que uno tiene que contar. Esa parte a mi me parece siempre fabulosa.
Luego hay otra parte que ya es más complicada, que son las dificultades de la profesión, yo diría que una profesión que se caracteriza en nuestro país porque hay un enorme talento, hay unas y unos técnicos magníficamente formados, pero no tenemos una industria sólida y consolidada. En ese sentido he sufrido lo mismo que todas las personas que intentan hacer cine y televisión en nuestro país, esa falta de industria.
Y por último, añadido a todo esto, el hecho de ser mujer. Creo que hemos conseguido muchas cosas en estos últimos años, no porque nos lo hayan regalado, sino gracias a que las mujeres nos organizamos y establecimos un plan para poder cambiar la desigualdad. Cuando yo empecé no era así, con lo cual también sufrí, por las dificultades inherentes al hecho de ser mujer. No solamente tener que llevar una profesión muy exigente, junto con cuestiones como ser madre, sino que además, tenía continuamente que convencer de mis proyectos a personas que normalmente eran todos ellos varones, acostumbrados a darles proyectos a otros varones con los que se reconocían más fácilmente que conmigo.
-Como directora, se inició en el mundo del cortometraje con A mí quien me manda meterme en esto (1999) y Vamos a dejarlo (2000), ¿cómo recuerda esa etapa?
¡Ay fantástica! Lo que pasa es que a veces tengo poca memoria de sitios concretos, en esto soy un poco desastre, confundo el mundo de los festivales. Pero fue esa primera etapa, de la que antes os hablaba, fue el encontrar mi propia mirada. Además, lo hice de una mirada peculiar, lo hice en equipo con Daniela Fejerman, que codirigimos nuestros primeros cortos y nuestras primeras películas, y fue una etapa llena de ilusión, aprendimos muchísimo y también vimos en muchas ocasiones que estábamos bastante solas, que teníamos que estar todo el tiempo aprendiendo cómo entrar en la profesión. Por ejemplo, aprendimos cosas muy concretas, muy graciosas, como el hecho de que el cortometraje gustaba mucho al público y, en cambio, no gustaba nada a los críticos. Nunca nos daban ningún premio que no fuera el del público. Lo que pasa es que no escarmenté, porque todavía a día de hoy, tiendo a hacer comedia, y me digo a mi misma “basta, por favor, haz una cosa muy dramática”. (risas)
-Es difícil hacer comedia ¿no?
Claro, yo pienso que es el género más difícil y más denostado. Es una cosa muy curiosa que los seres humanos nos acomplejemos de nuestra capacidad de reír, que parezca que es algo para brutos.
-¿Ha seguido trabajando en el mundo del cortometraje?
Uno de los últimos que hice tiene ya años, fue para Mujeres por África, donde dirigí un proyecto que era básicamente rodar una serie de cortometrajes en países africanos. Yo hice uno de ellos, lo rodé en Mali y fue una experiencia fantástica, protagonizada por una niña, La radio de Batuma (2010), que es un corto que me gusta muchísimo. Después intenté hacer un corto, hace unos años, cuando pasó aquello tan terrible de Madrid Arena, que murieron una serie de adolescentes. Mi hija estaba allí también y no le pasó nada a ella, pero yo me quedé con el recuerdo de las voces de las niñas que llamaban al 112 y no les hicieron caso. Quise hacer un corto sobre eso, pero tuvimos mala suerte, una serie de circunstancias, y sigo pensando en hacerlo.
- ¿Qué le aporta este formato respecto a otros?
Yo simplemente pienso que son diferentes posibilidades narrativas, cada una tiene sus características, creo que ahora habiendo como hay tantas ventanas y tantas formas de exhibición, lo que es breve muchas veces resulta muy adecuado para ciertos visionados. Entonces, creo simplemente que son formas distintas, ni mejores ni peores.
-Y los festivales, como el que se hace en Aguilar de Campoo desde hace 34 años, ¿cree que siguen siendo necesarios?
¡Madre mía! Sólamente hay que saber la afición al cine que hay aquí en Aguilar, y por extensión en toda la región. Yo creo que, además, es una cosa asombrosa y sorprendente. Además, es un lugar que tiene un cine que se llama Amor y que cumple cien años. Me parece una cosa tan fabulosa, milagrosa, tan bonita, una cosa tan difícil de describir, y además, aquí se han formado muchas vocaciones, muchas profesiones, y se ha creado público que es lo que más necesitamos.
-Usted fue la primera mujer en la dirección de la Fundación SGAE, fue presidenta de la Asociación de Mujeres y Cineastas de Medios Audiovisuales. Además, siempre ha mantenido un papel reivindicativo en favor de la igualdad de oportunidades para la mujer en el cine. ¿Qué cree que se ha conseguido en este sentido?
Se ha conseguido muchísimo, es una cosa impresionante lo mucho que han conseguido las mujeres del audiovisual en el mundo. Hubo, primero, un gran acierto, que fue contratar unos años a Nicole Kidman, como representante de este movimiento. De pronto tuvimos los rostros más famosos del mundo también a favor. Se ha conseguido mucho en España, en primer lugar, que la propia profesión comprenda que la ausencia de mujeres en puestos directivos, cambia los contenidos, los sesga y no ayuda nada en temas como la violencia contra las mujeres. Cuando empezamos a decir eso, parecía una tontería; ahora, se entiende que ese problema que pusimos sobre la mesa, es un problema importantísimo, no sólo de la profesión, sino de la sociedad. Yo creo que esto es un avance espectacular.
Después, hay que destacar que ha sido CIMA, la propia asociación, no tanto las instituciones, la que ha conseguido trazar una hoja de ruta política de acciones concretas. Hemos trabajado en esa línea y hemos conseguido que el ICCA, el Ministerio de Cultura, nos escuchase. Hemos ido consiguiendo que entren muchas mujeres; ahora, cambio profundísimo, profundísimo, profundísimo, no. Tenemos muy estudiado que, en casi todos los sectores de poder, en general, ideológico y económico, las mujeres alcanzan un límite de poder del 20-25 por ciento. Hay que tener mucho cuidado con los espejismos, porque es verdad que está siendo más fácil entrar en la profesión, pero el tema no es entrar, sino tener una carrera con continuidad. Vamos para adelante, va fenomenal, no hay que despistarse, y ahora la batalla es que comprendan muy claramente nuestros compañeros que esto es una cosa buena para todos.
-En la actualidad ultima el rodaje de la serie Detective Romi, trabaja en su próxima película y da clases de dirección en la Universidad Complutense de Madrid. ¿En qué momento profesional se encuentra ahora y cuáles son sus próximos proyectos?
Yo diría que me encuentro en un momento personal muy bueno de madurez creativa, no he perdido ni un ápice de ilusión, es horrible la cantidad de proyectos que tengo en los cajones y los que cada día tengo más ganas de hacer. Ahora, sigo teniendo que pelearme cada día con cada proyecto. Me llaman muchísimo por mi experiencia, tengo muchos proyectos en marcha, soy una buena directora de proyectos, pero no consigo sacar mis proyectos adelante y, por ejemplo, mi última película, la que yo quería hacer, Ya vienen, comedia de ciencia ficción protagonizada por cuatro mujeres, ha estado este año en Televisión Española, en cuatro comités y nos la han retirado una y otra vez. Al final no ha salido, cosa que a quienes no lo eligen no les resulta doloroso, a mí me deja sin rodar la película que yo quiero hacer desde hace diez años.
-Vaya, pues deseamos que consiga sacar adelante su película y enhorabuena por este premio.
Nada, muchísimas gracias, y sí quiero decir a todos que aunque sea una profesión muy dura es la más bonita del mundo.
‘Masques’, de Olivier Smolders, Mejor Cortometraje del Aguilar Film Festival
El cortometraje belga Masques de Olivier Smolders resultó vencedor en la trigésimo cuarta edición del Aguilar Film Festival, certamen que comenzó el pasado viernes, 2 de diciembre, y finalizó hoy con la entrega de los galardones a los mejores cortos y los premios Águila de Oro a la directora Inés París y al actor Alejo Sauras. Además, el Jurado Oficial del AFF quiso hacer una Mención Especial al cortometraje Bestia, de Hugo Covarrubias.
Masques,una película con la que el director evoca la pérdida del rostro de los seres amados y el ritual de las máscaras como conductos hacia el más allá, fue elegida como máxima vencedora del certamen por “crear una voz única y especiala través de un lenguaje propio alejado de todo convencionalismo”. Los miembros del Jurado Oficial del Aguilar Film Festival, Narce Ruiz, Oana Ghera y Guillermo Benet, también quisieron destacar el “profundo amor al cine” que muestra este cortometraje y su apuesta por hacer “construir un relato que hace viajar al espectador por temas tan importantes como la muerte, la memoria y los fantasmas”.
En el palmarés del Aguilar Film Festival destacan otros premios, dotados también con la Galleta Gullón de Oro, como el que el Jurado Oficial entregó aCaballo de Espuma, de Juanjo Rueda, en la categoría de Mejor Cortometraje Nacional (acceso directo a la preselección de los Premios Goya) o el que recibió Misaligned, de Marta Magnuska, como Mejor Cortometraje de Animación.
Otro de los grandes triunfadores de la noche fue Arquitectura Emocional 1959, del cineasta santanderino Elías León Siminiani, que consiguió tres galardones, entre ellos el Premio del Público. Los otros dos reconocimientos para este corto nominado a los Goya 2023 fueron a Mejor Montaje para Juan Alba y Premio de la Crítica Caimán.
En cuanto al resto de galardones, dotados todos ellos con el Águila de Oro, el Premio a la Mejor Dirección fue para Velasco Broca, por Alegrías riojanas. El Premio al Mejor Cortometraje de Castilla y León, concedido por Ramón Margareto, Pablo Und Destruktion y David Sánchez, se lo llevó El otro, de Marc Gázquez, mientras que el Premio de la Sección De Campo patrocinado por Asaja Palencia, recayó en El Maestrat filmat, de Fermín Sales. En esta sección, el Jurado integrado por Tobias Greslehner, Sara Xiol y Kepa Sojo quiso hacer una Mención Especial aO que resta, de Daniel Soares.
Otros premios de la 34 edición del AFF fueron los entregados por Pilar Gutiérrez Jorrín, Anna Solanas y Fran Arnoso (Pixi) aThe Turnip, de Piret Sigus y Silja Saarepuu, en MiniAguilar Licinia, yThe Soloists de Mehrnaz Abdollahinia, Feben Elias Woldehawariat, Razahk Issaka, Celeste Jamneck y Yi Liu, en MiniAguilar Renato.
Asimismo, el Jurado Oficial concedió los premios de Mejor Fotografía a Shadi Chaaban, por Warsha, de Bdeir Dania; Mejor Actor para Mathéo Kabati, por Titan, de Valéry Carnoy; Mejor Actriz para Rocío León, porLa Concha, de Leire Apellániz; y Mejor Guion para Gregor Zorc, por Steakhouse, de Špela Čadež.
Respecto al Premio del Jurado Senior, se lo llevó el trabajo Cuerdas, dirigido por Estíbaliz Urresola. Por su parte, Harta, de Julia de Paz, fue la propuesta elegida tanto por el Jurado Joven como por el Jurado de la Asociación de Mujeres Tejiendo Cambios. Este último colectivo también quiso hacer una Mención Especial a la película Amanece la noche más larga, de Lorena Ares Lago y Carlos Fernández de Vigo.
La distinción a la Mejor Música Original otorgada por el colectivo Alerta Sonora fue para Jimmy Bidaurreta, por Txotxongiloa. Además, hubo otra Mención Especial para Jonathan Laskar, por The Record. Finalmente, el Premio Cruz Roja al cortometraje que expresa mejor los valores sociales se lo llevó Warsha, de Bdeir Dania. Cabe mencionar también queTrigues Tristes, de Lucía Lobato, se ha llevado el Premio Open ECAM AFF.
ÁGUILAS DE ORO
Durante la ceremonia de clausura celebrada en el Espacio Cultural Cine Amor y conducida por los presentadores Gema Vicente y Jaime Astuy, la alcaldesa de Aguilar, María José Ortega, entregó el Águila de Oro a la directora Inés París y al actor Alejo Sauras. Ella quiso dedicar el premio a la Asociación de Mujeres Tejiendo Cambios y él recordó que su primer festival fue el de Aguilar de Campoo.
De este modo, ambos inscriben su nombre en un palmarés en el que ya aparecen figuras tan destacadas del panorama cinematográfico español como Pedro Almodóvar, la familia Bardem, Charo López, Concha Velasco, Gracia Querejeta, Icíar Bollaín, Álex de la Iglesia, Santiago Segura, Maribel Verdú, Alfredo Landa, Emma Suárez, Ernesto Alterio, Elena Anaya, Antonio Resines, Imanol Arias o Eduardo Noriega, entre otros.
PALMARÉS XXXIII AGUILAR FILM FESTIVAL
GALLETA GULLÓN DE ORO AL MEJOR CORTOMETRAJE DEL FESTIVAL
Masques de Olivier Smolders
MENCIÓN ESPECIAL AL MEJOR CORTOMETRAJE
Bestia de Hugo Covarrubias
GALLETA GULLÓN DE ORO AL MEJOR CORTOMETRAJE ESPAÑOL (PRESELECCIONADO PARA LOS GOYA)
Caballo de Espuma de Juanjo Rueda
GALLETA GULLÓN DE ORO AL MEJOR CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN
Misaligned de Marta Magnuska
PREMIO DEL PÚBLICO
Arquitectura emocional 1959 de Elías León Siminiani
ÁGUILA DE ORO A LA MEJOR DIRECCIÓN
Velasco Broca porAlegrías riojanas
ÁGUILA DE ORO AL MEJOR ACTOR
Mathéo Kabati por Titan de Valéry Carnoy
ÁGUILA DE ORO A LA MEJOR ACTRIZ
Rocío León porLa Conchade Leire Apellániz
ÁGUILA DE ORO AL MEJOR GUIÓN
Gregor Zorc por Steakhouse
ÁGUILA DE ORO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA
Shadi Chaaban por Warsha de Bdeir Dania
ÁGUILA DE ORO A LA MEJOR MONTAJE
Juan Alba por Arquitectura emocional 1959
ÁGUILA DE ORO A LA MEJOR MÚSICA ORIGINAL
OTORGADO POR EL COLECTIVO ALERTA SONORA
Jimmy Bidaurreta por Txotxongiloa de Sonia Estévez
MENCIÓN ESPECIAL A LA MEJOR MÚSICA ORIGINAL
Jonathan Laskar, por The Record
ÁGUILA DE ORO JURADO JOVEN
Harta de Julia de Paz
ÁGUILA DE ORO JURADO SENIOR
Cuerdas de Estíbaliz Urresola
ÁGUILA DE ORO JURADO ASOCIACIÓN DE MUJERES TEJIENDO CAMBIOS
Harta de Julia de Paz
ÁGUILA DE ORO MEJOR CORTOMETRAJE PREMIO CRÍTICA CAIMÁN
Arquitectura emocional 1959 deLeón Siminiani
ÁGUILA DE ORO PREMIO DEL PÚBLICO
ÁGUILA DE ORO JURADO DE LA CRUZ ROJA
Warsha de Bdeir Dania
ÁGUILA DE ORO MEJOR CORTOMETRAJE DE CASTILLA Y LEÓN
El otro de Marc Gázquez
ÁGUILA DE ORO PREMIO DE CAMPO PATROCINADO POR ASAJA PALENCIA
El Maestrar Filmat de Fermín Sales
MENCIÓN ESPECIAL DE CAMPO PATROCINADO POR ASAJA PALENCIA
O que resta de Daniel Soares
MEJOR CORTOMETRAJE MINIAGUILAR LICINIA
The Turnip de Piret Sigus y Silja Saarepuu
MEJOR CORTOMETRAJE MINIAGUILAR RENATO
The Soloists de Mehrnaz Abdollahinia, Feben Elias Woldehawariat, Razahk Issaka, Celeste Jamneck y Yi Liu
PREMIO OPEN ECAM AFF
Trigues Tistresde Lucía Lobato