Izquierda Unida Palencia, con el apoyo de varias organizaciones y colectivos, ha convocado una concentración en Guardo para el próximo sábado 20 de septiembre, a las 12:00 h, con el fin de denunciar las responsabilidades de la Junta de Castilla y León en la gestión de los incendios forestales que tuvieron lugar en la Montaña Palentina a lo largo del pasado mes de agosto. La concentración, cuyo lema será ‘En defensa de nuestros montes, nuestros pueblos y nuestros bomberos forestales’, tendrá lugar en la Plaza del Ayuntamiento.
Desde la formación ponen de relieve que la situación vivida este verano «se debe a precaria situación de las personas que integran el operativo de extinción de incendios, así como a la falta de prevención ligada a una política de gestión forestal y territorial inadecuada, cuestiones todas que son responsabilidad de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio». David López Carazo, coordinador provincial de Izquierda Unida, destaca que “No se puede hacer frente a incendios como los vividos este verano con un operativo lastrado por los recortes presupuestarios y las privatizaciones, con una parte pública y otra formada por decenas de empresas privadas, lo que dificulta la coordinación de las tareas en plena emergencia”. “No han fallado las instituciones, si no las personas a cargo de ciertas instituciones, los responsables del desastre tienen nombres y apellidos”, destaca.
Por su parte, el Diputado Provincial Eduardo Hermida pone de relieve las responsabilidades de la Diputación de Palencia, “No es comprensible que la Diputación de Palencia sacase a concurso la licitación para el desarrollo de los Planes de Actuación Municipal ante Incendios Forestales (PAMIF) en 31 pueblos de la provincia a finales de mayo del presente año, a poco más de un mes del inicio de la temporada de incendios”.
El responsable de Medio Ambiente de la formación, Eduardo Velázquez, señala que, “Los incendios forestales que hemos vivido, azuzados por el abandono rural y el cambio climático, han sido especialmente graves, pero no son una plaga bíblica, tenemos los recursos técnicos, humanos y las herramientas políticas para hacerles frente, y es tenemos el deber moral de ponerlas en práctica”. “La clave pasa por tener un operativo de extinción en condiciones dignas, fomentar un uso extensivo del territorio y obligar a los propietarios privados y públicos a realizar una adecuada gestión forestal”.