El Club Deportivo Aguilar se jugaba la vida en el Alberto Fernández en el día de ayer. Debía derrotar al Béjar Industrial y esperar que el resto de equipos pinchasen para seguir con opciones de permanencia, y al menos su parte la cumplieron. Los aguilarenses y los bejaranos son dos equipos condenados al descenso, salvo milagro pero, a pesar de todo, ayer brindaron un bonito espectáculo en un partido de ida y vuelta marcado por la efectividad del cuadro palentino de cara a la puerta contraria.
La pegada galletera fue descomunal. La otra cara de la moneda fue el Béjar, que sigue peleado con el gol y a pesar de disponer de varias oportunidades a lo largo del partido no se mostró tan seguro a la hora de concretar sus acciones ofensivas.
La igualdad fue la nota predominante de los primeros compases del encuentro. El Aguilar llevó el peso del partido pero se complicó la vida a partir de tres cuartos de campo. Rebasada la media hora de juego Róber adelantó a los locales en el marcador en un libre directo que el centrocampista aguilarense ejecutó con maestría sorprendiendo a Cano.
Hasta esos momentos el Béjar apenas se había acercado a la portería galletera, pero con el paso de los minutos fue a más y fruto de ello consiguió igualar el encuentro a falta de cinco minutos para el descanso con un trallazo espectacular de Luismi desde fuera del área que se coló por toda la escuadra.
Sin embargo, el gol fue un espejismo, ya que poco le duró la alegría a los salmantinos. Apenas dos minutos después Pipe botó un saque de esquina y el central rojiblanco Chechu lo cabeceó al fondo de las mallas libre de marca en el primer palo. Fue un error garrafal de la zaga charra, que a balón parado siempre ofrece su peor versión.
A la espera del milagro
La segunda parte fue una calcomanía de la primera. El Aguilar siguió llevando la voz cantante y monopolizó la posesión de la pelota. Con el marcador en contra al Béjar no le quedó otra que adelantar sus líneas y lanzarse a la desesperada a por el gol de devolviera las tablas al marcador.
La jugada acabaría saliéndole mal. Porque el conjunto galletero se percató y jugó la baza de lanzar contragolpes eléctricos que en cada acción de ataque metían el miedo en el cuerpo al equipo salmantino. Ocho minutos le bastaron al Aguilar para dejar el partido visto para sentencia. Primero Escudero finalizó una gran jugada por el costado dirigida por Charles, que tras apurar hasta la línea de fondo sirvió en bandeja el pase la muerte a su compañero. Y a renglón seguido fue Bruno el que aprovechó un par de rechaces de Cano para poner la puntilla. En el tiempo añadido Rubén maquilló el marcador batiendo a José con un disparo que se coló entre las piernas del meta, pero ya no había nada que hacer. El de ayer fue el choque de despedida de los palentinos de su afición por esta temporada.
Con esta victoria y los tres puntos conseguidos, el equipo palentino continúa en la zona de descenso directo de la clasificación. Queda una jornada para que termine el campeonato. Si los palentinos ganan en la última jornada alcanzarían los 42 puntos, que no les permitirían llegar al decimoquinto puesto. Aunque deben tratar de sumarlos y que les sirvan para al menos no terminar entre los cuatro últimos. De esa manera, como el Burgos arrastrará a su filial, el Aguilar podría beneficiarse de algún ascenso a segunda B.
Tras esta victoria el CD Aguilar ocupa la décimo novena posición de la tabla del Grupo VIII de Tercera División con 39 puntos, en el último puesto de descenso a la categoría Regional la próxima temporada. Confirmado el descenso de la Arandina desde Segunda División B, y a la espera de lo que pueda suceder con el Palencia, los aguilarenses aún tienen un clavo ardiendo al que agarrarse para permanecer en Tercera División un año más. De los equipos que descenderán desde la categoría de bronce del fútbol español, uno de ellos es el CD Burgos, lo que propicia que el equipo de Tercera División se vea arrastrado, por lo que quedarían seis plazas de descenso. De esta forma, la salvación la marcaría hoy en día el Salamanca B con 44 puntos, a cinco de los rojiblancos, por lo que alcanzarlos en la última jornada resulta imposible y de esta forma podríamos decir que el equipo del norte palentino ya está descendido.
A pesar de todo, aún hay un resquicio que puede salvar al equipo de Luis Sierra, pero todo pasa por finalizar la temporada alejado de los puestos de descenso. De esta forma, el Aguilar podría permanecer en Tercera División siempre y cuando algún equipo castellano leonés ascienda la próxima temporada a Segunda División B. Eso sí, si los aguilarenses finalizan el campeonato en los correspondientes puestos de descenso no se librarían de la quema. Los ascensos se premian con ascensos y los descensos con descensos. Por lo tanto, lo único que le queda al Aguilar es ganar su último partido ante el Cristo Atlético y esperar porque no depende de sí mismo.
Los de Luis Sierra viajarán a la capital provincial el próximo encuentro, en el que va a ser el último y más cómodo desplazamiento de la temporada, por cercanía al jugar en Palencia, y por la situación del Cristo Atlético, que tras su espectacular segunda vuelta confirmó su salvación jornadas atrás y ya no se juega nada. Así las cosas, los rivales de los aguilarenses por conseguir eludir el descenso son el Atlético Tordesillas, que tiene opciones de salvarse, y el Huracán Z, en una situación similar a los aguilarenses. Ambos se van a enfrentar a equipos de la parte alta de la tabla, pero en el caso de los de Tordesillas se enfrentarán al líder, el Valladolid B, que ya se ha asegurado la primera plaza del grupo para el playoff. Por el contra, los leoneses recibirán al Real Ávila, segunda clasificado que buscará mantener esta plaza para tener preferencia en la fase de ascenso.
A buena cuenta los jugadores aguilarenses se estarán acordando de todos los puntos que se han escapado esta temporada en los últimos minutos, porque de lo contrario los rojiblancos estarían ahora prácticamente salvados, pero el fútbol es un deporte que sólo acaba cuando pita el arbitro y cada momento vale. Precisamente ahora los de Luis Sierra van a apurar sus opciones y lo harán hasta que pite el colegiado. Mientras hay vida hay esperanza, pero lo cieto es que el Aguilar no depende de sí mismo, deberá ganar y rezar.