La XLVII Vuelta Ciclista a Palencia vivió el pasado sábado una espectacular etapa con salida y llegada en Aguilar de Campoo. Tras la salida en torno a las 15:45 horas desde la villa aguilarense, los corredores afrontaron casi 160 kilómetros con cinco cotas de montaña por delante, cuatro de ellas en tierras cántabras.
A la ya de por sí dureza del recorrido de la ronda palentina, los ciclistas se encontraron el sábado con un compañero de viaje inesperado: el frío y la lluvia que se encontraron descendiendo las Hoces de camino al Alto de Brenes. Unido todo ello al viento de componente norte de cara, la victoria de etapa se antojaba épica. En vista de estas circunstancias, y con los kilómetros acumulados, los ciclistas optaron por guardar sus fuerzas para los últimos kilómetros, lo que propició una considerable rebaja de la media de la carrera y la llegada a la villa galletera con una hora de retraso respecto al mejor horario previsto.
Tras el paso por el Alto de Brenes, y una vez neitralizada la primera fuga de la jornada, el equipo Lotto Bellisol se puso el mono de trabajó y colocó a Bekaert por delante en la carrera. Inmediatamente se sumó a este su compañero Desmecht en el Alto del Bardal, coronando ambos en solitario a falta de 30 kilómetros para la llegada. Con el Colladó de Orbó, ya en tierras palentinas, por delante, el chileno Edison Bravo del Extremadura Spiuk decidió jugársela en pos de la victoria y logro dar caza a los fugados belgas, quienes no dieron ninguna opción en el relevo al chileno hasta la llegada a Aguilar, donde el triunfo se decidiría en un sprint en el que Desmecht decidió hacer el trabajo sucio para su compañero Bekaert y a su vez vestirse de amarillo en la villa galletera con un margen que le colocaba como el principal favorito para alzarse con el triunfo final en la ronda palentina dada su gran condición de contrarrelojista.