Como cada último domingo del mes de octubre, el día 26 a las 12 horas, la conocida como Plaza del Puchero, acogerá la cuadragésima edición de la Fiesta del Puchero, una fiesta especialmente organizada para los niños y niñas del Colegio Público Comarcal Miguel de Cervantes.
“Han pasado treinta y ocho años, desde que un grupo de amigos – Pepe Requejo, Paco Garran, Fidel Huidobro, Javi Postigo, Angelito Crespo, Federico Fresno, Germán Casado, Domingo Marcos, Dionisio Pérez Boada, Miguel Miguel Henares y Teodoro Bueno, con ayuda de Maderas e Isac los operarios municipales – reunieran a todos los niños y niñas de la localidad y de la comarca de la Ojeda.
Y es que como muchas de las cosas más sencillas todo comenzó de una forma inesperada cuando Angelito Crespo encontró varios pucheros del señor Félix Gallego, padre de ‘la Toña’, en el corral del señor Eutiquio y ante la duda de en que emplear semejante hallazgo decidieron organizar una fiestas para los niños y niñas en edad escolar. Eran pucheros de gran tamaño, y como recuerdan Fidel y Miguel se llenaron de caramelos, palomas y hasta gallinas. Pero como no había suficientes pucheros para tantos niños del pueblo tuvieron que ir a Astudillo a comprar más.
Curiosamente, las “reglas no escritas del juego” se mantienen intactas desde entonces, hasta los premios del sorteo final el primero una bicicleta que por aquel entonces se pago al Señor Félix Valtierra, peseta a peseta con el dinero que entregaban los clientes del bar de Teodoro. Con el paso de los años no recuerdan con exactitud si la bici formo parte de los premios desde aquel 1976 pero si en los siguientes y que el niño afortunado fue Mario García; otra curiosidad es que el segundo de los premios fue durante muchos años una máquina de escribir.
Y hoy han dado paso a reproductores de música, ropa deportiva o material escolar, pero al igual que hace casi cuatro décadas siguen siendo los vecinos de la localidad conjuntamente con los empresarios y el ayuntamiento quienes colaboran económicamente para mantener vivo el espíritu soñador de los más pequeños.
A lo largo de estos años han sido varios los grupos de amigos y colectivos de la localidad quienes han ido tomando el relevo de una sencilla pero entrañable fiesta que mantiene el espíritu y la sabiduría de los juegos tradicionales de antaño. Un juego con una dinámica muy sencilla, basta con una soga atadas a ambos lados de la calle a la que se atan los pucheros de barro, a los niños se les venda los ojos, se les protege con un casco, se les hace rotar sobre sí mismos y con un gran palo de madera tienen tres intentos para romper un puchero que guarda sorpresas unas veces son chucherías y otras están llenos de harina o huevos.
Los primeros años los organizadores contaron con la colaboración de una recién creada Peña, “La Resaca”, después fueron los maestros quienes se fueron unieron Don Pedro, Don Julián o el sacerdote Don Poli, entre otros. Pero el Colegio aumentaba en número de alumnos y así que la organización necesitaba de mas financiación para poder cubrir la alta participación de niños, con la compra de pucheros, caramelos y regalos que se sorteaban. Por los años 80 a la fiesta infantil se sumo el baile vermut dando un carácter más festivo, y fue un grupo musical local “Los bizcochos borrachos” integrado por Chochox, Wiston, José Ramón y Pedro Postigo los responsables de amenizar la jornada durante varias ediciones.
Pero los juegos tradicionales comienzan a verse desplazados por la llegada de la tecnología, a su pesar muchos padres y abuelos fundamenten que es primordial conservar las costumbres de los pueblos. Es entonces cuando el sacerdote Valentín González tomó el relevo y bajo su supervisión y con la ayuda de la Peña “Los Gayumbos” e Ignacio Renedo se garantizó así la continuidad de la Fiesta del Puchero. Durante las semanas previas se vendían rifas, los vecinos aportaban donativos, una empresa donaba los pucheros y entre unos y otros se conseguía sufragar los gastos de la organización.
Desde la pasada edición la organización de la Fiesta del Puchero recae en la Asociación de Madres y Padres de Alumnos del Colegio Público Comarcal Miguel de Cervantes, con la ayuda de la Peña Los Gayumbos, la Peña Desmadra-2 y varios colaboradores incansables. Con el cambio de siglo, este tradicional juego transmisor de conocimiento desde el ámbito educativo, pasa a tener un claro componente pedagógico al tratarse de una actividad que se practica en grupo, con una reglas pautadas, que se realiza al aire libre y que en definitiva estimula la psicomotricidad de los niños.
Económicamente, la organización se sustenta con las aportaciones de más de 50 comerciantes, hosteleros, empresas y entidades de la localidad así como otros tantos empresarios alarenses que desarrollan su actividad en localidades cercanas y que también colaboran junto con los Ayuntamientos de Alar, La Vid y Payo.
Desde la organización lanzar una invitación a disfrutar de este día especialmente organizado para los niños y familias del Colegio P.C. Miguel de Cervantes, pero como siempre aquellos pequeños que acompañados por sus familiares se acerquen hasta Alar del Rey también tendrán su puchero preparado para poder participar de la fiesta”.