El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, presentaron las actuaciones de restauración de la iglesia de San Pedro de la Nave y su entorno, en El Campillo, en Zamora, en el marco del Plan Románico Atlántico, que ejecuta la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico.
En San Pedro de la Nave se ha llevado a cabo una intervención integral que ha servido no sólo para restaurar sino también para dotar al templo zamorano de un nuevo plan de gestión, garantizando además su conservación preventiva.
“Todo ello con varios objetivos: por supuesto, garantizar una adecuada conservación de la iglesia, pero de igual manera, atraer visitantes, promover el turismo de la zona y servir de estímulo económico a toda la comarca”, subrayó el presidente de Iberdrola en el transcurso de su intervención.
Durante el acto de inauguración, al que acudió, entre otras muchas personalidades, la consejera de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, Alicia García; el presidente de la Fundación Iberdrola, Manuel Marín; el director regional de Cultura do Norte de Portugal, Antonio Ponte; el alcalde de San Pedro de la Nave, Braulio Prieto, y el Obispo de Zamora, Gregorio Martínez, Herrera y Galán han avanzado su intención de dar continuidad al Plan de Intervención Románico Atlántico.
Puesto en marcha en 2010, se trata de un ambicioso proyecto de colaboración transfronteriza de restauración y mantenimiento del conjunto monumental del arte románico en España y Portugal. Se ha convertido en un ejemplo de cooperación público-privada que ha implicado la estrecha colaboración de la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Cultura y Turismo, la Secretaría de Estado de Cultura de Portugal y la Fundación Iberdrola, como promotores de una iniciativa que cuenta con el respaldo de la Iglesia Católica de Portugal, así como de las diócesis españolas de Ciudad Rodrigo, Salamanca, Zamora y Astorga, con el objetivo de recuperar el patrimonio cultural y natural, así como de llevar a cabo una importante labor de dinamización social y económica.
En este sentido, Ignacio Galán aseguró que “estas actuaciones han supuesto, por un lado, un importante impacto socio-económico, ya que se han generado cientos de puestos de trabajo en distintos núcleos de población; y, por otro, medioambiental, al utilizarse sistemas de iluminación eficientes basados en las últimas tecnologías, con un consumo un 70 % inferior respecto a las tradicionales”.
Por su parte, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, destacó que la restauración de San Pedro de la Nave es un ejemplo de las nuevas estrategias de gestión del patrimonio cultural que el Ejecutivo autonómico ha venido poniendo en marcha en los últimos años, superando el esquema tradicional de “obra de restauración” hacia la consideración de los bienes del patrimonio cultural como un recurso para el desarrollo territorial y social y al servicio de las personas, un objetivo muy presente en el nuevo Plan del Patrimonio Cultural de Castilla y León, PAHIS 20/20. Este nuevo enfoque se basa en la colaboración entre administraciones públicas, sociedad civil e iniciativa privada, así como en la consideración del patrimonio como activo económico y un recurso de enorme potencial que multiplica exponencialmente la inversión que se realiza en él. En este sentido, se trata de un recurso no deslocalizable, capaz de atraer recursos e inversión a su entorno y, por lo tanto, con importantes efectos sobre el territorio y para el mantenimiento de la población en el mismo.
En su primera etapa (2010-2014), el Plan Románico Atlántico ha contemplado la actuación en 16 templos: 11 en Castilla y León -seis en Zamora y cinco en Salamanca- y cinco en Portugal. En la Comunidad se ha actuado en todos los edificios, con un total de 30 actuaciones y una inversión de 2.087.000 de euros, lo que supone la ejecución del 92 % del presupuesto español.
Nueva etapa, misma filosofía
La intención en el nuevo período que hoy comienza es continuar potenciando el crecimiento socio-económico sostenible del territorio, partiendo de sus propios recursos: las gentes que lo habitan, su entorno natural y su patrimonio cultural. Para lograrlo, el Plan se centrará en tres líneas de actuación fundamentales: intervenciones integrales que faciliten no solo la restauración sino también la conservación preventiva y la gestión eficaz de los bienes; el diseño e implantación de un plan de gestión cultural y turística, basado en la creación de una red de trabajo público-privada y, finalmente, el desarrollo de actividades de difusión y promoción.
En esta nueva etapa se mantendrá el territorio de actuación que engloba el Parque Natural de Arribes del Duero, focalizando esfuerzos en torno a San Martín, en la localidad zamorana de San Martín de Castañeda, San Pedro de la Nave, en El Campillo, y San Martín, en Salamanca.
San Pedro de la Nave
En el año 1930, Saltos del Duero -una de las empresas germen de Iberdrola- iniciaba la construcción de la que iba a ser una de las más importantes obras de ingeniería hidroeléctrica de Europa: el aprovechamiento de Ricobayo, en el río Esla.
El proyecto llevó aparejada una intervención pionera en lo que a responsabilidad social corporativa se refiere: el traslado, piedra a piedra, del templo visigótico de San Pedro de la Nave, desde las orillas del río hasta El Campillo. Con el traslado de la iglesia, realizado con los escasos medios de la época, pero con toda la meticulosidad y rigor posibles, Iberdrola aseguró la conservación de esta joya arquitectónica y garantizó el legado de la misma a las generaciones venideras.
Conservación preventiva e iluminación guía
Aunque estructuralmente se encontraba en buenas condiciones de uso, la iglesia presentaba algunos focos de humedad localizados, ahora eliminados. Además, el edificio ha sido incluido en el Sistema de Monitorización del Patrimonio (MHS), desarrollado por la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, para garantizar su adecuada conservación y mantenimiento.
Por otro lado, la única iluminación con la que contaba el templo era la luz natural que penetraba por las saeteras. En este sentido, se ha diseñado e instalado un sistema de iluminación que permite adaptar la luz al uso que tenga en cada momento el espacio y que facilita una mejor comprensión del templo, con un impacto visual y un consumo energético mínimos.
La intervención ha servido para dotar al edificio de un nuevo plan de gestión, orientado a mejorar y organizar la afluencia de visitas, a la vez que se potencia la imagen del templo. Este objetivo se ha logrado mediante la creación de un centro de recepción de visitantes, integrado en el entorno, que sirve para ordenar el acceso a la iglesia y facilita un área expositiva, donde mostrar las piezas y elementos históricos que atesoraba el templo.
Desde el inicio ha sido un proyecto participativo, que ha contado con la implicación y el apoyo, no solo de las entidades implicadas, la Junta de Castilla y León, la Fundación Iberdrola y, en este caso, el Obispado de Zamora, sino también de la parroquia, el Ayuntamiento de San Pedro de la Nave-La Almendra y los vecinos de El Campillo.