Una delegación del Ayuntamiento portugués de Rio Maior, en el distrito de Santerém, en Ribatejo, visitó recientemente la Villa Romana La Olmeda, propiedad de la Diputación de Palencia, para conocer tanto el yacimiento arqueológico como su gestión y utilizarla como modelo de referencia para implantarla en la villa romana ubicada en el municipio portugués.
La delegación estuvo integrada por el vicepresidente del Ayuntamiento de Rio Maior, Carlos Fernando Frazão, la concejal de Cultura, Ana Filomena e Silva, la técnico de Turismo, Cristina Vicente, el arqueólogo, Carlos Pereira, y el ingeniero, Carlos Rosario, quienes conocieron la villa palentina de la mano del diputado de Museos y Villas Romanas, Javier Villafruela, y del jefe del Servicio de Cultura de la Institución provincial, Rafael Martínez.
El Ayuntamiento portugués ha elegido La Olmeda como ejemplo en el que fijarse porque el yacimiento propiedad de la Institución provincial se ha convertido un referente no solo a nivel nacional sino que también internacional en su gestión tanto arqueológica como de explotación turística.
Durante su estancia, que se prolongó durante toda la mañana, los integrantes de la delegación recorrieron todas las dependencias de la instalación, desde el mismo yacimiento hasta las oficinas y el almacén así como los alrededores, y conocieron la gestión que se ha llevado a cabo desde el momento de su descubrimiento, hace 47 años, hasta la actualidad.
También se les facilitaron datos estadísticos sobre el número y origen de visitantes, los gastos y los ingresos que genera la instalación, el sistema gestión de las visitas y las actividades culturales y encuentros que se programan dentro de la villa de La Olmeda, entre otros aspectos.
Especial interés mostraron por la edificación que cubre La Olmeda, ya que el yacimiento de Rio Maior se encuentra al descubierto y entre las intenciones del Consistorio portugués se encuentra levantar un edificio que lo proteja.
Ubicada a unos 70 kilómetros de Lisboa, la villa romana Rio Maior fue descubierta en 1983 aunque hay constancia de su existencia ya en el siglo XIX y constituye una de los principales yacimientos arqueológicos romanos del país vecino.
Los servicios de arqueología del Ayuntamiento de Rio Maior llevaron a cabo prospecciones arqueológicas en 1992 y 1993 con el fin de evaluar la extensión y grado de conservación de los restos romanos existentes bajo tierra ante la necesidad de ampliar el cementerio municipal lo que llevó a constatar su importancia. Posteriormente, tuvieron lugar sucesivas campañas arqueológicas que sacaron a la luz gran cantidad de mosaicos y restos que indicaban el lujo y la riqueza del que gozaron de sus habitantes. Entre los descubrimientos más destacados se encuentra la escultura de una ninfa.
Aunque los hallazgos sitúan a la villa en el siglo III hay restos de una construcción anterior, tal vez del siglo I. La villa fue abandonada en el siglo IV coincidiendo con las invasiones bárbaras.