En julio el consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea aprobaba, a propuesta del comisario de Agricultura Phil Hogan, un paquete de medidas para afrontar la crisis del sector del vacuno de leche en los 28 países.
Días después, el Ministerio de Agricultura convocó a las principales organizaciones profesionales agrarias para plantear la forma de llevarlo a cabo este reparto en nuestro país.
El día 12 se publicaba la ayuda para los ganaderos que quieran acogerse a la reducción de producción láctea, con un plazo de una semana que finaliza el día 21 de este mes.
Los interesados deben aportar las facturas de entrega de leche de octubre, noviembre y diciembre de 2015 y la de julio de 2016. Se podrán acoger quienes reduzcan un mínimo de 1.500 litros y un máximo del 50% el cómputo total de los tres meses sobre la diferencia 2015-2016.
La ayuda a la reducción de la producción láctea se materializará en tres meses y se hará comparando con el mismo periodo del año anterior, percibiendo el ganadero una ayuda que inicialmente será de 14 céntimos de euro por cada litro reducido.
Contra lo que ha pedido ASAJA, no aportarán fondos propios ni el Estado ni la Junta.
Cese voluntario. ASAJA considera acertado promover un programa voluntario de reducción de la producción y echa en falta que esto no pudiera ser compatible con un “programa voluntario e incentivado de cese definitivo de la actividad” para aquellas explotaciones menos viables o a las que la industria láctea ha dejado de recoger la producción.
También entiende que es necesario atender a otros sectores -además del lácteo de vaca, oveja y cabra- que están atravesando también una situación muy complicada,como el cunícola.
Préstamos. Además, ASAJA ha pedido a Junta y ministerio que firme un convenio con la banca comercial para dar préstamos al sector lácteo, fuertemente descapitalizado, y que subvencionen en todo o en gran parte los costes financieros.
Sin financiación externa, muchas explotaciones, que ya llevan meses retrasando pagos a proveedores, irán cerrando en un goteo constante, y lo que es más grave, una gran parte de las que peor están aguantando, son las mejor dimensionadas.