La tradicional ascensión a Peña Redonda, que cada año se celebra el primer domingo de agosto, alcanzará el próximo día 6 su trigésimo tercera edición. Como en ocasiones anteriores, se espera que realicen la ascensión más de un centenar de personas, unos por la cara sur, desde Traspeña y Villanueva, y otros por la norte, desde San Martín de los Herreros.
Después de una subida de hora y media de duración, aproximadamente, los reunidos disfrutarán de una jornada festiva en la que compartirán el té recogido durante la subida y se cantará la salve. Como es habitual, todas las personas reunidas se harán una foto en la cima de la montaña.
Según Javier Ibáñez, uno de los organizadores de la ascensión, “subir a Peña Redonda ya es una tradición arraigada, un deporte sano y una fiesta señalada que crece por la experiencia de años anteriores. Se espera con cierta afición subir una vez más, coger de nuevo el bastón y caminar por el marcado sendero para contemplar desde esa bella atalaya nuestros pueblos y terrenos que se pierden en lejanos horizontes. En la bajada, ya junto a los coches, es de agradecer la furgoneta que llega puntual con refrescos y melones para reponer energías. Un rato de descanso y conversación, finalmente buenos deseos y entrañable despedida “hasta el próximo año”.
La ascensión a Peña Redonda tiene su origen en septiembre de 1902, cuando cientos de personas asistieron a la colocación de la primera cruz en la cima de la montaña. Sin embargo, aquella cruz permaneció en pie poco tiempo, ya que fue derribada por el fuerte viento.
La segunda cruz, la que actualmente corona la montaña, fue instalada gracias al esfuerzo del sacerdote José Aumente. La construcción de la cruz se inició los días 27 y 28 de octubre y fue preciso el apoyo de un helicóptero del ejército y de ocho militares desplazados desde La Rioja. Después de realizar casi 30 vuelos, el helicóptero subió hasta la montaña todo el material necesario para la construcción de la cruz, que tiene doce metros de altura y siete de anchura en sus brazos. El peso de la cruz es de dos toneladas.