Dentro de la investigación que la Guardia Civil de Cantabria realiza sobre la mandíbula humana encontrada en el embalse del Ebro, bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Reinosa, ha sido informada que las pruebas de ADN interesadas al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid y su posterior cotejo con los datos existentes en la base del ‘Programa Fénix’ de personas desaparecidas, no han arrojado ninguna coincidencia.
El pasado día 12 de octubre fue hallada en la orilla del embalse del Ebro, término municipal de Campoo de Yuso (Cantabria), la parte inferior de una mandíbula de apariencia humana, haciéndose cargo de la investigación especialistas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cantabria. En las proximidades del lugar donde fue hallada se encuentra un antiguo cementerio que, si bien habitualmente está cubierto por el agua, con el episodio de sequía del pasado verano quedó al descubierto, siendo una de las hipótesis de trabajo que dicho resto procediera del mencionado campo santo, sin descartar otras por lo que comenzaron todas las acciones pertinentes para averiguar la procedencia de la misma.
Al no encontrarse ninguna coincidencia con los datos de ADN de familiares de personas desaparecidas que se encuentran en el mencionada ‘Programa Fénix’, la investigación continuará para tratar de averiguar la procedencia de la mandíbula.
Este hallazgo ha sacado a la luz el caso de la desaparición, hace 25 años, de las dos niñas de Aguilar de Campoo, Virginia Guerrero, de 14 años y Manuela Torres, de 13 años.