Batir de huevos; olor a azúcar, anís y limón; el tacto primero pegajoso y después suave de la masa que va aceptando la harina y tomando forma. Son algunas de las sensaciones que han podido experimentarse esta semana en Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores que la Fundación Santa María la Real gestiona en Aguilar de Campo.
El equipo, con la colaboración de algunos voluntarios, sigue rememorando viejas recetas para mejorar la autonomía de los mayores. En esta ocasión, han hecho orejuelas. “Es un dulce típico de estas fechas, del Carnaval y, como ocurre con los chorizos, en cada casa, en cada pueblo se hacía de una determinada manera”, explica Natalia García, trabajadora social de Tercera Actividad.
Y, así, entre todos han ido batiendo huevos, añadiendo harina, una pizca de anís y mucha ilusión. “Lo más importante es que se relacionen, que se sientan útiles, que recuerden y compartan experiencias”, apunta García. Dicho y hecho. En la cocina, entre fogones, hay quien recuerda una orejuela fina, casi transparente que se deshace en la boca y quien prefiere una masa más consistente. Hay quien asegura que en su casa el aceite se preparaba friendo primero una cáscara de limón para darle sabor y quien lo recuerda con una “monda” de naranja.
Convivir, compartir, aprender, crecer
Lo principal, al fin y al cabo, es que “se genera un ambiente de convivencia, en el que se comparten chascarrillos, risas y recuerdos, que resulta francamente positivo”, comenta Alejandro Serrano, director del centro. Es también un modo de mostrar el funcionamiento de los espacios que se han ido acondicionando en Tercera Actividad como unidades de convivencia, donde los usuarios puedan disponer de “mayor autonomía e independencia”.
La receta de esta semana, orejuelas, es, además, un preludio idóneo para la celebración del Carnaval de la Galleta que en el centro llevan preparando desde hace semanas.