Ambas entidades colaboran desde hace tiempo en el desarrollo de ‘Raíces de Barrio’, un programa dirigido a estimular el crecimiento económico, el empleo y la calidad de vida de determinadas comunidades locales.
El convenio da continuidad a las acciones desarrolladas hasta el momento y establece el marco general para impulsarlo de cara al futuro.
“Supone un acuerdo estratégico para impulsar proyectos de regeneración urbana totalmente alineados con nuestra misión, que es generar desarrollo en los territorios”, explica Álvaro Retortillo, Director Corporativo de Desarrollo de la Fundación Santa María la Real. “El proceso de recuperación que vendrá después de la crisis del COVID-19 ha de basarse necesariamente en la sostenibilidad e iniciativas como Raíces de Barrio deben jugar un papel fundamental, pues surgen de abajo a arriba: es la propia sociedad civil la que se moviliza para dibujar un futuro distinto, que apuesta por el respeto al medio ambiente, por las energías limpias, por la integración social de los colectivos más desfavorecidos, y por la conciencia ciudadana”.
Pero, ¿en qué consiste exactamente el programa? “Raíces de Barrio” trata de contribuir a reactivar el crecimiento económico, el empleo y la calidad de vida en comunidades locales, a través de cuatro grandes ejes de acción: habitabilidad y vivienda, empleo y emprendimiento, actividades socioculturales y regeneración urbana. Es decir, es un programa respetuoso con el medioambiente y el entorno, que suma la experiencia de ambas fundaciones, para facilitar la regeneración urbana, mejorando la calidad de vida de las comunidades locales y la cohesión social.
Más de un millón de personas llevan más de un año sin poder salir a la calle
“El estado de las viviendas en España, unido a los graves problemas de accesibilidad, precariedad energética, falta de acondicionamiento para los mayores y contaminación a los que está expuesta una gran parte de la población, es crítico”, comenta Ángel Catena, presidente de Fundación Ressa, quien agrega que “la situación actual derivada de la COVID-19 ha puesto el acento sobre todos estos aspectos, que hacen urgente la necesidad de transformar las ciudades”,
“En España sigue habiendo más de 800.000 edificios de tres o cuatro plantas que no tienen ascensor, lo que implica que más de un millón de personas de avanzada edad o con dificultades de movilidad llevan más de un año sin bajar a la calle”, recuerda para apuntar que a estos datos se une el hecho de que “más de la mitad de las viviendas existentes en España se construyeron antes de 1980 con un aislamiento muy deficiente”.
Para frenar estas cifras surge “Raíces de Barrio” ¿Cómo actúa? Planteando actuaciones concretas y viables como mejorar el aislamiento de las viviendas para aumentar el confort y la eficiencia energética o instalar ascensores y eliminar barreras arquitectónicas, para resolver el gran problema de la movilidad y accesibilidad de zonas comunes. También se plantea la posibilidad de diseñar y habilitar plazas, jardines y espacios interbloques para fomentar la relación social y la expresión artística, cultural y deportiva o habilitar huertos urbanos, aparcamientos de bicicletas o puntos de recarga de vehículos eléctricos. Todo ello se hace, además, teniendo en cuenta la creación de empleo, el estímulo de iniciativas emprendedoras y la integración social y cultural de las personas del barrio.
Primer paso: barrio de Usera – Madrid
Ambas fundaciones llevan trabajando en el desarrollo del programa de forma conjunta desde 2018 y ya han dado los primeros pasos en el barrio de Usera en Madrid, donde se ha iniciado el proyecto para reformar viviendas, instalando ascensores, mejorando el aislamiento y los accesos, para facilitar la calidad de vida de los vecinos. También se han desarrollado iniciativas como Lanzaderas de Empleo para mejorar la empleabilidad y hay previstas otras acciones para fomentar el orgullo y el sentimiento de pertenencia al barrio, así como la integración sociocultural.
Mientras continúa el trabajo en Usera, se estudia la posibilidad de extender el programa a otras zonas de Madrid como Ciudad Lineal o algún barrio de Valladolid. “Aunque los primeros pasos, los hemos dado en ciudades, la filosofía y la metodología de Raíces de Barrio puede extenderse con facilidad a áreas o territorios rurales donde, además, puede actuar como revulsivo frente a la despoblación”, recalcan.