Los votos en contra de PP y C´s en la Comisión de Cultura de las Cortes de Castilla y León han propiciado el rechazo de la propuesta socialista de declarar Bien de Interés Cultural a la Emita de la Virgen del Rosario de Grijera, en Aguilar de Campoo.
La intención de los procuradores socialistas por Palencia era que se iniciara el proceso de consolidación y restauración de este monumento para su preservación futura, si bien se ha encontrado con el rechazo frontal de las parlamentarias palentinas, María José Ortega, por el Partido Popular, y Alba Bermejo, por “Ciudadanos”.
A pesar del intento de Jesús Guerrero -que fue el encargado de defender la propuesta- por llegar a un acuerdo, la cerrazón de la procuradora popular y alcaldesa de la villa aguilarense ha impedido este consenso a pesar de que la semana pasada el propio ayuntamiento del municipio anunció la petición de la cesión del templo al Obispado para su arreglo. Al parecer esta petición también se ha hecho extensiva a la ermita de la Virgen del Amparo de Villavega de Aguilar. Ambas se encuentran en la Lista Roja del Patrimonio. La de Grijera en ruinas completamente y la de Villavega en proceso.
Los dos templos cuentan con sendas PNL registradas por el GP Socialista hace casi dos años, al inicio de la legislatura actual. Y fueron también incluidas en una PNL global sobre la Lista Roja del Patrimonio en la provincia de Palencia en la legislatura anterior.
La emita de la Virgen del Rosario de Grijera se encuentra al norte de Aguilar, en la carretera que da acceso a la localidad de Menaza. Se considera que los orígenes de la iglesia pudieran ser visigodos, aunque los restos más antiguos en la localidad son del siglo XI, y las actuales ruinas se debe a un edificio claramente Barroco.
El edificio estuvo en uso para el culto y mantenida por los habitantes de la zona hasta 1960. Posteriormente la localidad se despobló rápidamente y fue abandonada a su suerte. Perteneció al pueblo hasta que en el año 2004 el Obispado la matriculó a su nombre y, paradójicamente, la ha dejado caer definitivamente. En los últimos diez años ha sido saqueada, perdiendo todos los elementos interiores y gran parte de los exteriores.
Guerrero recordó finalmente en su intervención que el edificio no cuenta con protección legal al no haber sido declarado Bien de Interés Cultural, encontrándose actualmente en ruinas y rodeado de vegetación abundante, por lo que en cualquier momento puede desplomarse definitivamente.