El presidente de la Red de Turismo Rural de Palencia, Fidel González, y miembros de la Asociación Ecologista La Braña, han mantenido una reunión con el delegado de la Junta de Castilla y León en Palencia, José Antonio Rubio Mielgo para abordar la pretendida instalación de sendas centrales eólicas en los municipios de Aguilar y Cervera de Pisuerga/Dehesa de Montejo.
El encuentro tuvo lugar en la Delegación de la Junta, mostrando los representantes de los colectivos su total oposición a este tipo de industrias en la Montaña Palentina. “Y es que, como ya ocurrió hace dos décadas, hay una nueva burbuja energética en la que los polígonos eólicos y las macroinstalaciones solares pretenden ocupar extensas zonas de la provincia”.
Este problema “se hace extensivo a la práctica totalidad del país, donde el cambio energético propiciado por el Gobierno y apoyado en cuantiosas subvenciones para los promotores, está propiciando que grupos inversores y grandes empresas quieran instalar molinos y paneles en las zonas rurales de la llamada ‘España vaciada’. Estos grupos no presentan sus proyectos en las zonas más pobladas ni en el entorno de las ciudades que son los grandes consumidores de energía, sino que lo hacen allí donde confían que la contestación ciudadana va a ser menor o nula”.
La central eólica de Aguilar se denomina ‘Pisuerga’, estaría formada por 9 molinos de 200 metros de altura y quiere ubicarse junto al pantano de Aguilar, en terrenos de Corvio y Matamorisca. La de Cervera y Dehesa de Montejo, afecta a estos dos municipios y a las pedanías de Ligüérzana y Quintanaluengos. La formarían 17 aerogeneradores de la misma altura que los de Aguilar, y lleva por nombre ‘Rubagón’.
Según estas entidades “la aberración paisajística en ambos casos sería catastrófica, por no hablar de sus nocivos efectos sobre el turismo, por la depreciación del valor de los inmuebles y de los terrenos limítrofes, por la mortandad que ocasionaría entre la avifauna de la zona, por la destrucción del patrimonio cultural e histórico, por el ruido constante que originan, por la pérdida de población en los pueblos afectados, por la contaminación lumínica nocturna… y por un sinfín de problemas que ya se han demostrado en instalaciones industriales de este tipo. Y es que sólo hay que fijarse en la ilegal central eólica de ‘El Pical’, consentida hace dos décadas por los ayuntamientos de Barruelo y Brañosera, para hacerse una idea de lo que ocurre donde se ponen los molinos”.
Los representantes de estos colectivos defendieron una Montaña Palentina donde “el valor patrimonial representado por nuestro Románico, el generador de riqueza reflejado en los establecimientos turísticos y hosteleros y el de la tradición ganadera como conservadora del paisaje tradicional, se antepongan a los beneficios puntuales que conseguirían las juntas vecinales y los ayuntamientos implicados en estas barbaridades. Y es que, de permitirse estas centrales, la esperada declaración como Patrimonio de la Humanidad del Románico del Norte de Palencia y Sur de Cantabria, correría peligro”.
Los tres colectivos anunciaron la realización de cuantas acciones hicieran falta en la comarca para evitar instalaciones de este tipo: desde la elaboración de alegaciones hasta la realización de movilizaciones colectivas, recogida de firmas o charlas informativas. Asimismo, pidieron al delegado de la Junta que desde la Administración Regional no se otorgue permiso alguno para estas centrales.