El Gobierno de España vuelve a discriminar a Castilla y León, y a la provincia de Palencia, en sus políticas ante la actual sequía. No sólo ha situado a estos territorios en las regiones de afección media (lo que reduce a la mitad el importe de las ayudas del Ministerio de Agricultura), sino que tampoco va a beneficiar a la cuenca del Duero de las millonarias inversiones extraordinarias al amparo del Real Decreto-Ley aprobado a mediados de mayo para afrontar la sequía y aumentar la disponibilidad de recursos hídricos. El Duero solo se beneficiará, al igual que las cuencas del Ebro y del Guadalquivir, de las exenciones al canon de regulación y la tarifa de utilización de agua para los regantes que vean reducida su dotación… pero no de los 1.400 millones de inversiones extraordinarias que financiará el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. En ese reparto no se prevé agilizar ni impulsar obra suplementaria alguna en el Duero, pese a que el propio Ejecutivo reconoce la insuficiencia de las reservas, incluso aplicando restricciones en el riego. Las inversiones sí se han anunciado para las cuencas internas de Cataluña (220 millones de euros), las áreas mediterráneas de Andalucía (200 millones) y las cuencas del Júcar (180 millones), Guadalquivir (104 millones), Segura (54 millones), Guadiana (9,15 millones) y Ebro (1,6 millones).
El Real Decreto-ley 4/2023, de 11 de mayo, por el que se adoptan medidas urgentes en materia agraria y de aguas en respuesta a la sequía y al agravamiento de las condiciones del sector primario derivado del conflicto bélico en Ucrania y de las condiciones climatológicas, subraya que la actual sequía afecta de manera muy grave a la cuenca del Guadalquivir, pero también reconoce expresamente que «también se encuentran significativamente afectadas por la sequía las cuencas del Ebro, especialmente en el sistema del Segre, y del Duero, presentando riesgos los sistemas del Pisuerga [vital para el regadío de la zona oriental de la provincia de Palencia] y del Bajo Duero».
En los antecedentes de esta norma, el propio Ejecutivo añade que «en la demarcación hidrográfica del Duero, la situación de escasez en las unidades territoriales del Pisuerga y Bajo Duero, en las provincias de Palencia, Burgos, Valladolid y Zamora, y Torío-Bernesga en León, ha supuesto (…) establecer dos medidas restrictivas al uso del agua: por un lado, fijar una asignación de agua a los usos regadío de las unidades territoriales del Pisuerga y Bajo Duero para la campaña de 2023 del 58% de la asignación normal; y, por otro, establecer un sistema de turnos de extracción de agua de los cauces públicos para los regadíos de la unidad territorial del Torío-Bernesga, lo que puede suponer una restricción del 50% de la asignación normal de estos usos».
Sin cuestionar la gravedad de la situación en otros territorios de España, ASAJA-Palencia considera incoherente que el propio Gobierno reconozca la existencia de «afección significativa» en la cuenca del Duero y, concretamente, en el sistema Pisuerga, y se excluya a esta cuenca de las inversiones millonarias anunciadas por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO).
Asimismo, el Real Decreto-Ley del Ejecutivo cita al Duero, junto al Ebro y al Guadalquivir, entre las cuencas donde, dada «la situación de extraordinaria y urgente necesidad claramente definida por la sequía y la consecuente situación de escasez hídrica, a pesar de las restricciones a la demanda impuestas conforme a los Planes Especiales de Sequía (…) no ha sido posible alcanzar unas reservas disponibles suficientes para afrontar un futuro incierto, con las repercusiones socioeconómicas y ambientales que ello comporta», para justificar además la urgencia de la norma.
CONDICIÓN DEL 40%. Sin embargo, para la cuenca del Duero, el Ministerio que dirige Teresa Ribera solo prevé una asignación de dos millones de euros en exención de tasas de riego cuando las reducciones de los suministros a los usuarios superen el 40%, condición también prevista para sus homólogos de la demarcación hidrográfica del Guadalquivir (con una consignación de cuarenta millones) y del Ebro (15 millones).
Por sí solas, estas cifras del volumen de exención de tasas ya dan idea de cómo existe en nuestra cuenca un histórico déficit comparativo de almacenamiento y regulación hidrográfica con respecto a otros territorios de España (lo que viene lastrando desde hace décadas el desarrollo y el potencial de nuestra agricultura, y así lo denuncia tradicionalmente ASAJA).
Pero tampoco una sequía extraordinaria como la que se está padeciendo, que hace aflorar aún más ese déficit, da pie al actual Gobierno de España a incluir a la cuenca del Duero entre las áreas hidrográficas del país donde anuncia inversiones millonarias el MITECO, obras cuya necesidad no discute nuestra organización.
MEDITERRÁNEO Y GUADALQUIVIR. Sin embargo, ASAJA-Palencia sí ve con sana envidia cómo este Ministerio anuncia planes de cientos de millones para toda la vertiente mediterránea, de Cataluña a Andalucía, y a la cuenca del Guadalquivir, mientras la Castilla y León del interior parece condenada a ver cómo sus proyectos de inversión se tramitan, nunca mejor dicho, con cuentagotas; casi siempre con consignaciones presupuestarias escasas que dilatan años y años.
Dicho de otro modo, nuestra organización no cuestiona la necesidad de los 220 millones que, por ejemplo, compromete el Gobierno de España para avanzar con la desaladora en Tordera (Barcelona), pero sí se pregunta cuándo le llegan a Palencia algunos de los 22.844 millones de euros que el Ejecutivo dice tener previstos para los Planes Hidrológicos 2022-2027 o de los 3.167 millones del PERTE de Digitalización del Ciclo de Agua del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. De esto mismo —de resiliencia («capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos», según la RAE)—, los regantes palentinos pueden dar sobrado testimonio.