“Desde que, a principios del siglo IX, el Papa León III anunciase al mundo, a través de la carta ‘Noscat Fraternitas Vestra’, la localización de la tumba del Apóstol Santiago en ‘El Campo de la Estrella’, el fenómeno de la peregrinación en masa se puso en marcha. Para ello, se utilizaron inicialmente en nuestra península las antiguas vías romanas y los viejos caminos del norte. Tres fueron las rutas iniciales: la de la costa, muy complicada en aquellos tiempos al tener que vadear continuamente rías, zonas pantanosas y corrientes torrenciales; Los caminos de la meseta, más accesibles al caminante, pero de alto riesgo, al encontrarse en tierras fronterizas con el imperio musulmán; y el más recomendable en aquellos tiempos: el ‘Viejo Camino’, que transcurría por las estribaciones de la cara sur de la Cordillera Cantábrica y del que ya hay constancia escrita en el año 1002.
Y así fue hasta que, una vez reconquistadas de forma estable las tierras de la meseta norte, a finales del siglo XI, los reyes de Navarra, Sancho el Fuerte, y de Castilla y León, Alfonso VI, desviaron la ruta más al sur por su menor dificultad y por razones de utilidad comercial. A partir de aquí comienza la supremacía del ‘Camino Francés’, hasta casi alcanzar, hace no tanto, la exclusividad de ‘marca única’.De hecho, la ‘Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Palencia’ centra su trabajo, hasta la fecha, solamente en esa ‘Ruta Jacobea’. Por fortuna, numerosas iniciativas, públicas y privadas, han favorecido, por el bien de este Patrimonio común de la Humanidad, la recuperación y puesta en valor de otras alternativas históricas.
Nuestra provincia, Palencia, cuenta con el privilegio de que su geografía sea cruzada transversalmente por dos de estos trayectos históricos: el ‘clásico’, por todos conocido, y el ‘Viejo Camino’, que entra en nuestra provincia por el municipio de Aguilar, atraviesa los de Salinas, Cervera, Dehesa de Montejo, Castrejón y Santibáñez, para salir por el de Guardo y proseguir por tierras leonesas rumbo a Santiago, siendo su trazado, en buena parte, parejo a la línea férrea Bilbao-La Robla.
Posee este ‘Viejo Camino’ o ‘Camino de la Montaña’ un cúmulo innumerable de atractivos, desde históricos y patrimoniales (iglesias de múltiples estilos, cruceros, eremitorios, castillos, monasterios, casonas, ermitas, campamentos romanos, castros tamáricos, yacimientos paleolíticos, museos, etc.) hasta los no menos importantes paisajísticos y naturales (flora y fauna), ya que discurre en su totalidad por la Montaña Palentina. A ello hay que sumarle la suculenta oferta gastronómica, el folklore autóctono de la comarca y una red de turismo capaz de satisfacer las necesidades de cualquier viajero. Vamos, que atractivos no le faltan.
Buena prueba de ello es que, poco a poco, se empieza a observar el tránsito de peregrinos por su recorrido. Este verano coincidí con uno que descansaba junto al crucero de Tarilonte, antes de proseguir camino hacia Aviñante. Entablamos conversación y me comentó que había realizado prácticamente todas las rutas jacobeas, pero que el ‘Viejo Camino’ era la que más agradablemente le estaba sorprendiendo, aunque se quejaba de la falta de señalización y promoción de la misma.
Con la intención de enmendar estas carencias y abrir al gran público esta ruta histórica, desde ARDETAMA hemos propuesto inicialmente a la Diputación Provincial la creación y difusión de una aplicación APP para móviles. Esta aplicación se podría descargar gratuitamente desde portales institucionales, turísticos, empresariales, etc. y serviría tanto para la orientación, vía GPS, del peregrino como para que éste disponga en cada punto del camino de toda la información necesaria para hacer más confortable y ameno su recorrido (lugares de interés turístico, alojamientos, tiendas, restaurantes, transportes, etc.). Sería un buen comienzo. Después se podrían mejorar la señalización y los trazados; hacer una labor de amplia difusión en ferias y con touroperadores; crear una nueva marca… Se trata de una gran oportunidad para dinamizar internacionalmente nuestro territorio y poner en valor un legado histórico que nos pertenece a todos y, a través del cual, podemos lograr un punto fuerte de desarrollo sostenible que contribuya a mejorar la precaria situación de esta comarca y sea motivo de ilusión y orgullo para sus pobladores y el resto del territorio.
En ello andamos”.
Por Javier Castrillo Salvador, Presidente de ARDETAMA (Asociación para la Recuperación y el Fomento del Territorio Tamárico).