La Fundación Santa María la Real ha cerrado su II Curso sobre Románico y Liturgia, en el que han participado 77 personas y que ha tenido como objetivo dar a conocer cómo el rico ceremonial litúrgico de la época ha condicionado la morfología y la decoración de los templos.
“Es fundamental que a la hora de investigar un edificio románico no nos centremos solo en su dimensión artística, sino que analicemos también la funcionalidad de la arquitectura, del mobiliario y de la decoración”, ha explicado Pedro Luis Huerta, coordinador de cursos en la Fundación.
Para abordar la relación entre el edificio románico y la liturgia asociada a él, el curso ha contado con seis expertos que han tratado asuntos como el diseño litúrgico en las iglesias cluniacenses, las catedrales románicas y otros conjuntos episcopales. También ha habido tiempo para abordar el culto a los muertos, la música en las iglesias seculares y los cenobios y baldaquinos románicos.
Frómista y Carrión de los Condes, edificios performativos
La actividad ha comenzado el pasado martes 25 de enero con una ponencia del profesor José Luis Senra, de la Universidad Complutense de Madrid, sobre ‘Edificios performativos: diseño litúrgico de las iglesias monásticas cluniacenses’ y en la que se ha centrado en algunos ejemplos palentinos como San Zoilo de Carrión de los Condes o San Martín de Frómista.
Ese mismo día, Carles Sánchez, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha hablado sobre ‘La organización del espacio litúrgico en conjuntos episcopales de los siglos V al XII’, tomando como ejemplo la Sede de Égara en Terrassa; a su parecer, un edificio “único en el patrimonio europeo”.
Al día siguiente, el miércoles 26, fue el turno de Eduardo Carrero, de la Universidad Autónoma de Barcelona, y Juan Carlos Asensio, de la Escola Superior de Música de Catalunya. El primero habló sobre ‘La definición del espacio arquitectónico a partir de la liturgia’, centrándose en las catedrales románicas; mientras que el segundo analizó ‘El canto en la liturgia de las iglesias seculares’, dedicando especial atención al canto gregoriano y a la irrupción de la polifonía en los siglos del románico.
Inscripciones funerarias y el culto a los muertos
Hoy se celebra la última jornada, “la más internacional”, que contará con la participación de Vincent Debiais, de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, para hablar sobre ‘La oración claustral por los difuntos y el auge de las inscripciones funerarias’. En su relatorio, Debiais se centra en el caso de la antigua catedral de San Vicente de Roda de Isábena, en Huesca; a la que califica como un “obituario lapidario” para guardar la memoria de la comunidad.
La última intervención será la de Justin Kroesen, profesor en la Universidad de Bergen, que analizará la ‘Tipología y funcionalidad de los ciborios y baldaquinos románicos’, dos elementos que sirvieron para “resaltar visualmente el espacio del altar y protegerlo, sobre todo simbólicamente”. Entre los ciborios mejor conservados de España, Kroesen ha destacado los de San Juan de Duero, en Soria; el Monasterio de Rodilla, en Burgos; y la iglesia de La Magdalena en Zamora.