Cervera de Pisuerga fue el escenario elegido para la XXXII Olimpiada Matemática Regional y que reunió a 45 estudiantes y 25 docentes de matemáticas procedentes de distintas provincias de Castilla y León. La residencia del IESO Montaña Palentina se convirtió en el punto de encuentro para esta gran cita educativa que contó con el respaldo del Ayuntamiento de Cervera y la colaboración de diversas entidades locales.
Los participantes llegaron el viernes por la noche, momento en el que comenzaron las actividades con divertidos juegos matemáticos para calentar motores de cara a la gran prueba del sábado por la mañana, que se desarrolló en las aulas del propio centro.
Después, los jóvenes disfrutaron de una visita al Ayuntamiento de Cervera, donde fueron recibidos por el alcalde, Jorge Ibáñez. Ya por la tarde, y gracias al apoyo de La Casa del Parque, realizaron una ruta interpretativa por la Ruta del Oso, aprendiendo sobre la flora y fauna local. Posteriormente, visitaron las instalaciones de la Casa del Parque.
La jornada del sábado concluyó con una actividad astronómica muy especial. De la mano de la Agrupación Astronómica Palentina, realizaron una observación guiada del cielo nocturno en los alrededores de la Peña Barrio, despertando aún más su curiosidad científica.
El domingo por la mañana, los participantes recorrieron las calles del municipio en una yincana matemática que les retó no solo a resolver problemas, sino también a interactuar con los vecinos para obtener información “que ni Google conoce”. La actividad fue muy bien acogida por los habitantes, que no dudaron en echar una mano a los jóvenes matemáticos.
El colofón llegó a las 12:15 en la Sala Fundos, donde se celebró el acto de clausura con la entrega de premios y una emocionante conferencia a cargo del profesor Javier García Martín, titulada ‘Cayendo al interior de un agujero negro’, que combinó divulgación científica con un enfoque cercano y ameno.
El broche final a este intenso fin de semana fue una comida de clausura en el Parador de Cervera de Pisuerga. Allí, participantes y organizadores disfrutaron de un menú cóctel con vistas inigualables, cerrando así una edición más de esta olimpiada que no solo celebra el talento matemático, sino también la convivencia, la curiosidad y el amor por el conocimiento.