La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) advierte a la Junta de que el modelo de extinción (no prevención) de incendios por el que ha apostado este verano -114 cuadrillas, 5 de ellas nocturnas- no resuelve las quejas de los empleados públicos adscritos al operativo de extinción de incendios, “que sólo es un parche mal remendado de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, porque se siguen sobrepasando las jornadas continuas de 12 horas, y sólo es una decisión efectista, que esconde los problemas de fondo, como es la escasez de los medios personales y materiales; la precariedad laboral de unos empleados que parecen invisibles para la Junta; la necesidad de prestar el servicio los doce meses del año; o la conveniencia de crear la categoría de bombero forestal.
Aunque CSIF afirma que es de agradecer el “pequeño esfuerzo inversor puntual”, realizado por la Junta para esta campaña de incendios, recuerda que “ese esfuerzo viene motivado por varios requerimientos de la Inspección de Trabajo, ante las denuncias presentadas por excesos de horarios del personal de cuadrillas, debido a la inexistencia de relevos efectivos, como sí existen en otros organismos del estado”.
Con este “pequeño esfuerzo” que ha hecho la Consejería, “del todo insuficiente”, remarca CSIF, se sigue sobrepasando la jornada de 12 horas de extinción, en cuanto se declara un incendio importante. Resulta lamentable que el personal encargado de la dirección de extinción y del operativo (agentes medioambientales, celadores e ingenieros forestales y de montes), tenga que estar más preocupado por la gestión de los horarios de los medios que por el propio incendio en sí, por la falta de medios, ya que son los que asumen la responsabilidad, en caso de denuncias por exceso de horas seguidas trabajadas, o de accidentes que puedan producirse”.
El responsable de Medio Ambiente de CSIF, Pedro Bécares, explica que las cuadrillas nocturnas que se han implementado, con 5 integrantes como máximo, solo son operativas en una primera intervención, al pillar el incendio recién iniciado. “No ayuda en nada el no disponer de guardias de investigación de incendios forestales, que deberían existir para los agentes medioambientales”, añade, “con lo que esos agentes no pueden dedicarse a esa posible investigación de ilícito penal, que debe hacerse en el menor tiempo posible”.
Tampoco ayuda en nada la precariedad en medios materiales “que sufren agentes medioambientales y celadores de Medio Ambiente, con vehículos con 400.000 kilómetros de pistas forestales que ya no dan más de sí”; o la supresión de las compensaciones horarias sobre excesos de jornada por servicios extraordinarios (los incendios lo son) que existían hasta hace poco en la administración, ya que las horas extras nunca han existido, apunta CSIF.
El sindicato independiente critica que “no parecen existir para la Consejería los trabajadores laborales fijos discontinuos de incendios, a los que tienen condenados a una interinidad de un 70%, porque no sacan oposiciones desde tiempos inmemorables, y a los que se ningunea negando en negociación del convenio colectivo la creación de la categoría de bomberos forestales, como defiende CSIF.
A su vez, CSIF reclama aumentar los meses de prestación del servicio de extinción de incendios los 12 meses del año: “Nadie entiende que la misma Consejería contrate al personal de incendios durante 3 meses (incluidas sus vacaciones), y contrate a su vez con empresas privadas las campañas invernales de nieve, cediéndoles camiones propios”.
CSIF pregunta a la Junta “si el mismo personal de la extinción de incendios forestales del verano, llamándoles bomberos forestales, de emergencias o como se quiera llamar, no puede trabajar en invierno ocupándose de las tareas invernales; que de hecho ya las hacen, pero de forma precaria, puesto que las empresas privadas que llevan la campaña invernal les suelen contratar”.
De los datos económicos que da la Consejería de Fomento y Medioambiente, como los 18 millones de inversión en 2016, o los 80 en los últimos cinco años, CSIF quiere saber cuánto va destinado a contratación de cuadrillas helitransportadas. “Y solo por comparar con el año 2010 que, por desgracia, es el último con inversión razonable en prevención, con un presupuesto que se acercaba a los 100 millones de euros, en ese año había unas cuadrillas que trabajaban todo el año, con 8 miembros y con contratos de 3 años. Esa es la diferencia con la actualidad, cuando se llegaba a destinar 82 millones anuales a la prevención”.
CSIF reclama para Castilla y León el modelo público de Andalucía y, sobre todo, el de Extremadura, en el que los trabajadores del servicio de extinción de incendios son empleados públicos y trabajan todo el año. “Y lo más importante, funcionan y sus administraciones abogan por el reconocimiento de la categoría de bombero forestal, con todo lo que ello implica”.
La creación de la figura del bombero forestal “beneficiaría a la estabilidad del empleo rural de nuestra Comunidad, que falta le hace, y el cambio de modelo permitiría ahorrar a la Junta”. “Estamos hablando de “desprivatización”, concluye Pedro Bécares.