La Guardia Civil de Palencia inició, en el mes de octubre de 2015, unas investigaciones a raíz del robo en cuatro naves industriales, ubicadas en el Polígono Industrial de Carrión de los Condes.
Tras el análisis de los indicios obtenidos en los escenarios de los robos, “por diversa información obtenida a través de los servicios desarrollados para la prevención de la delincuencia por las Patrullas de Seguridad Ciudadana, así como del exhaustivo y riguroso estudio de posibles hechos similares en otras localidades, los investigadores iniciaron la denominada Operación ‘Apostolache’, centrando sus pesquisas sobre un posible grupo de personas asentadas en varias localidades del País Vasco, desde donde se desplazaban para cometer los ilícitos”.
A raíz de estas primeras averiguaciones, análisis y estudios llevados a cabo, se determinó la existencia de un ‘modus operandi’ definido, cuyos supuestos autores formaban parte de una organización criminal especializada en llevar a cabo robos con fuerza en las cosas, principalmente en naves agrícolas e industriales y que presentaban una gran movilidad por toda la geografía española.
Para cometer los robos actuaban siempre en horas nocturnas, y accedían al interior de ellas forzando las puertas o ventanas, llegando a realizar en ocasiones butrones en las paredes de las propias naves o simplemente levantando las láminas metálicas de los portones de las naves.
De las naves industriales o agrícolas sustraían todo tipo de maquinaria industrial, herramientas, cable de cobre, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, dinero en metálico, así como vehículos o furgonetas que se encontraban en su interior.
Una vez identificadas las personas que constituían la organización y obtenidos los indicios suficientes para determinar los diferentes escalones que dentro de la misma desempeñaba cada uno, “se establecieron sobre los mismos dispositivos de vigilancia que llevaron a su plena localización y detención en diferentes localidades del País Vasco, así como la identificación plena de los establecimientos donde se había recepcionado la mayor parte de los efectos sustraídos. A lo largo de la investigación se ha podido determinar que la organización habría alcanzado unos beneficios económicos de aproximadamente un millón de euros, con la venta de los objetos procedentes de los ilícitos”.
Por todo ello, la Guardia Civil atribuye al grupo criminal investigado la autoría de un total de 214 hechos delictivos por diferentes provincias de la geografía española, como supuestos autores de: un delito contra el orden público, organizaciones y grupos criminales; 208 robos con fuerza en las cosas (naves industriales y/o agrícolas -16 de ellos en grado de tentativa); dos delitos de sustracción de vehículo sin intimidación; un delito de hurto; un delito de receptación; y un delito de simulación de delito.
Desglose por provincias de los delitos cometidos
(35) en León, (1) en Zamora, (1) en Salamanca, (13) en Valladolid, (6) en Segovia, (14) en Madrid, (3) en Toledo, (12) en Soria, (28) en Palencia, (44) en Burgos, (17) en La Rioja, (1) en Álava, (15) en Navarra, (22) en Cantabria y (2) en Vizcaya.
EL Grupo criminal se encontraba plenamente organizado, con tareas plenamente diferenciadas entre sus integrantes, siendo una de las características destacadas de la organización que en muchos de los delitos que cometían, sustraían vehículos a motor tipo furgonetas o similares, en los que cargaban lo robado y, tras haberlos utilizado para el transporte, los abandonaban cerca del lugar de residencia.
Durante las cinco fases de explotación de la Operación ‘Apostolache’, se procedió a la detención de 12 personas, entre los meses de octubre del 2016 y meses de marzo, abril y mayo de 2017 y, en este último mes, se procedió a investigar a un total de otras 26, los cuales formaban parte de la organización ahora desarticulada.
La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción nº UNO de Carrión de los Condes, ha sido desarrollada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Palencia.