La Diputación de Palencia ha dirigido a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) una serie de propuestas a raíz de su documento «Esquema provisional de Temas Importantes del “Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Duero. Revisión del tercer ciclo (2021-2027)», con el fin de defender una serie de intereses que afectan a esta provincia. A grandes rasgos, son cuatro las peticiones de la administración provincial al organismo regulador de la cuenca: la inclusión inequívoca de las riberas del río Carrión hasta el límite bajo del cauce en la época de estiaje, como zonas susceptibles de cultivo forestal; el empleo en la conservación y restauración del Canal de Castilla y sus infraestructuras de los fondos que el Estado, a través de la CHD, logre por su aprovechamiento energético; la integración en el Consorcio para la Gestión Turística del Canal; y la creación de una mesa provincial de trabajo sobre la eficaz gestión del agua.
La presidenta de la Diputación de Palencia, Ángeles Armisén, ha remitido por escrito estas consideraciones a la CHD, una vez que el diputado del Área de Acción Territorial, Urbano Alonso, informase de ellas en la sesión ordinaria del pleno. La administración provincial ha estimado oportuno dirigir estas observaciones relativas al futuro Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Duero. Revisión del tercer ciclo (2021-2027) en el ejercicio de su competencia de defender los intereses de la provincia y en el marco de la leal colaboración institucional. Asimismo, las alegaciones recogen el sentir mayoritario de los entes locales de la provincia más directamente concernidos al ser ribereños tanto de los dos principales ríos —Pisuerga y Carrión— como del tramo palentino del Canal de Castilla.
PLAN ENERGÉTICO DEL CANAL. El documento de la CHD aborda el planteamiento de establecer una reserva de uso de las infraestructuras del Estado a su favor para la promoción de energías renovables. En ese mismo sentido, la Diputación de Palencia propone que se diseñe y ejecute un plan de aprovechamiento energético del Canal de Castilla cuyo beneficio de explotación se dedique íntegramente a la restauración y conservación de las infraestructuras asociadas a este Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico Artístico desde el 13 de junio de 1991. La administración provincial argumenta que así podría darse cumplimiento a lo dispuesto en la Ley 16/85 de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español (artículos 36.1 y 36.2) y la Ley 12/2002 de 11 de julio del Patrimonio Cultural de Castilla y León (artículo 24.1), que establecen el deber que los propietarios tienen de conservación y protección, que en este caso se acrecienta al tratarse de un organismo público.
La institución que preside Ángeles Armisén propone además a la Confederación que, dada la singularidad del Canal de Castilla, con usos tradicionales consolidados (principalmente abastecimiento de agua para consumo y regadío) y otros vinculados con el turismo —en auge en los últimos años—, la integración del organismo regulador de la cuenca en el Consorcio para la Gestión Turística del Canal de Castilla o que, en su defecto, se crea un grupo de trabajo para la coordinación y planificación de actuaciones.
Otra cuestión en la que incide el escrito de la Diputación de Palencia se relaciona con los cultivos forestales. El documento de la CHD determina un régimen más flexible de la delimitación y ocupación del dominio público hidráulico, siempre con actividades compatibles con los objetivos medioambientales. Esa alternativa elegida por el propio organismo regulador permitiría en las riberas los cultivos forestales hasta el llamado límite de aguas bajas (es decir, el que se produce en la época de estiaje), sin perjuicio de impulsar la definición de la protección forestal allí donde pudiera ser más valiosa para el medio ambiente dentro de los objetivos planteados en esa línea.
INSEGURIDAD JURÍDICA. La Diputación de Palencia entiende y comparte que los cultivos forestales sean permitidos hasta el cauce de aguas bajas. De hecho, esta institución es pionera en el respaldo a los ayuntamientos, las juntas vecinales y otras entidades de la provincia en su apuesta por tales cultivos como recurso sostenible. Sin embargo, el documento de la CHD abre la puerta a un futuro plan piloto en el río Carrión que previsiblemente limitaría en su cuenca los usos, en contradicción con lo expresado por la alternativa seleccionada de flexibilizar los límites y las ocupaciones del dominio público hidráulico con usos y actividades compatibles con los objetivos medioambientales. El organismo regulador justifica ese plan piloto en el Carrión porque «se ha constatado una especial problemática de conflictos de usos no permitidos».
Para la Diputación, el anuncio de este plan piloto crea inseguridad jurídica y contradice el sentido general del documento en cuanto al dominio público hidráulico para toda la cuenca, ya que las riberas del río Carrión quedarían clasificadas en tres zonas con sus respectivos límites, ocupaciones y restricciones. Por ese motivo, la institución provincial reclama que se suprima ese posible plan piloto, o que subsidiariamente se indique de manera expresa que no impedirá la plena efectividad del régimen general previsto y, por tanto, las riberas del Carrión sean susceptibles de cultivos forestales hasta el límite de estiaje, siempre compatibles con los objetivos medioambientales genéricos del plan.
En Castilla y León, el cultivo de chopos —populicultura— engloba a pequeños propietarios forestales y dueños de viveros, pero también a municipios y juntas vecinales, así como a muchas empresas que gestionan y cuidan las choperas. El sector vive con incertidumbre los recientes cambios de criterio de la CHD, que afectan incluso a los propios consorcios que desde principios del siglo XX estableció el organismo para plantar choperas en las márgenes de los ríos de la cuenca, terrenos que principalmente pertenecen a ayuntamientos o juntas vecinales, y en menor medida a particulares.
Se trata de un sector de notable importancia tanto para la financiación de algunas entidades locales, como para el empleo y la economía de Castilla y León. Se calcula que esos cambios de criterio de la CHD supondrían la pérdida de unas cinco mil hectáreas de choperas en toda la comunidad (más de una décima parte de la superficie de populicultura de la región), de las que dos mil se sitúan en la provincia de Palencia, y de ahí el apoyo de la Diputación palentina al sector. En torno a trescientos setenta municipios de Castilla y León se ven afectados por la política de la CHD hacia el cultivo de chopos, cuyos cambios de criterio se traducirían en el conjunto de la comunidad en una pérdida de ingresos de unos seis millones de euros para las entidades locales y en una reducción de la facturación para las empresas de unos veinte millones de euros, con una pérdida estimada de un millar de puestos de trabajo.
LA DIPUTACIÓN, INTERLOCUTOR ESENCIAL. Por otra parte, el documento de la CHD recoge la necesidad de implicar a las administraciones locales, dado que su compromiso es esencial para el cumplimiento de los objetivos de ese futuro Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Duero. Revisión del tercer ciclo (2021-2027). Sin embargo, la Diputación de Palencia traslada a la Confederación que, debido al gran número de municipios del territorio y el reducido tamaño de muchos, se plantea una gran dificultad de gestión, por lo que considera que «las diputaciones se convierten en interlocutores esenciales en el ámbito provincial, especialmente en el apoyo y soporte del ciclo municipal del agua».
Por ese motivo, la institución que preside Ángeles Armisén propone a la CHD crear una mesa de trabajo provincial para abordar con eficacia los retos de la gestión del agua, oferta que se une a la mencionada de integración del organismo hidrográfico en el Consorcio para la Gestión Turística del Canal de Castilla —cuyo ámbito de actuación engloba a tres provincias: Burgos, Palencia y Valladolid—, o en su defecto, formar un grupo de trabajo que coordine y planifique actuaciones en esta infraestructura, teniendo en cuenta su carácter de Bien de Interés Cultural y su creciente diversidad de usos.