Vecinos de Aguilar, turistas, peques e incluso algún visitante ilustre como Carlina, la que durante años ha sido la encargada de mostrar la iglesia de Villanueva de la Torre… casi un centenar de personas han disfrutado de las jornadas de puertas a abiertas del taller de Ornamentos Arquitectónicos, gestionado por la Fundación Santa María la Real en Aguilar de Campoo.
Las jornadas han sido posibles gracias al apoyo de la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (FOACAL); el gobierno regional, la Unión Europea y el World Crafts Council.
Junto a Rosa Martín y Sonia Cagigal han podido conocer in situ y de primera mano cómo durante más de treinta años se han ido elaborando maquetas de algunos de los edificios más representativos de nuestro patrimonio, con una función eminentemente didáctica, “para poner el patrimonio en tus manos”.
El taller surgió al albor de las primeras escuelas taller, donde se fraguó la idea de crear la empresa Ornamentos Arquitectónicos.¿El objetivo? Inicialmente, modesto, realizar reproducciones a escala de algunos de los monumentos más emblemáticos del románico primero de Palencia y, posteriormente, de otras provincias e incluso regiones, sirviéndose de las imágenes y planos que iban nutriendo la Enciclopedia del Románico.
Aquellas primeras maquetas se elaboraban en barro o en madera, pero, posteriormente, se perfeccionó la técnica y comenzaron a utilizar un material denominado alabastrina, compuesto por distintos elementos, que dota a las piezas de consistencia y prestancia.
Del original a la reproducción
Rosa es la encargada, de hacer la pieza original, aquella que servirá de base a las demás y de la que se extraerán los moldes. Para darle forma hace uso de su ingenio e imaginación y utiliza todo tipo de materiales: plastilina, cartón, metacrilato e incluso palos de chupa chups. Antes de ponerse a crear, eso sí, hay un trabajo previo de documentación y conocimiento de cada pieza, que requiere de una intensa labor de investigación, en la que las nuevas tecnologías, internet y Google Maps, ayudan y facilitan el trabajo de calcular y sacar escalas para que la creación sea lo más fiel posible al original.
Una vez creada la pieza original, se utiliza para obtener moldes de silicona, que darán lugar a las reproducciones en alabastrina. Pese a utilizar los moldes, cada pieza ha de ser perfilada, perfeccionada y tratada antes de pintarla y ahí es donde entra en escena Sonia Cagigal, quien se ocupa de ese proceso de retoque pieza a pieza.
Con la maqueta ya lista, se procede, en caso de necesitarlo, a dotarlas de color, pintándolas una a una con paciencia y esmero. Una vez secas, las reproducciones están listas para exponerse o enviarse a cualquier punto del país e incluso del extranjero. Algunas de ellas han viajado a lugares como Rusia, París o Berlín, donde son objeto de deseo para muchos coleccionistas
Más de 630 referencias
El taller cuenta con más de 630 referencias. La mayoría de ellas reproducen elementos del patrimonio mundial, fundamentalmente nacional, pero también de países vecinos como Francia, de donde podemos encontrar la torre Eiffel o un ajedrez inspirado en la época de Napoleón Bonaparte.
Junto a los edificios, Rosa y Sonia, también reproducen ciudades enteras como Lugo, Palencia o el casco histórico de Salamanca; pequeños detalles como la famosa columna de decoración vegetal del claustro del monasterio de San Andrés de Arroyo, los músicos del pórtico de la Gloria o los canecillos eróticos de las iglesias cántabras de Cervatos y San Martín de Elines.
Además, han creado juegos, desde ajedreces de inspiración románica a solitarios o dominós y, otras piezas, como portalápices con algunos de los lienzos más emblemáticos del claustro de Santo Domingo de Silos; pilas bautismales que se transforman en originales portavelas o singulares arquetas o cofres que lo mismo pueden utilizarse a modo de joyero que de bombonera.