45 alumnos han asistido durante el fin de semana al curso “La diáspora del románico hispánico. De su protección al expolio”, organizado por la Fundación Santa María la Real, con la colaboración del Ayuntamiento de Aguilar, la Diputación Provincial y la Fundación Ramón Areces. Con la participación de expertos de varias universidades y museos, han debatido sobre la complicada tarea de delimitar el concepto de expolio, las medidas que se han de tomar para frenar la pérdida de piezas o cómo mejorar el conocimiento de los mercados de antigüedades, en ocasiones demasiado enigmáticos y crípticos.
¿Qué es el expolio? Con esta pregunta comenzaba el pasado viernes el XIV Curso de las Claves del Románico, organizado por la Fundación Santa María la Real, con la colaboración del Ayuntamiento de Aguilar de Campoo, la Diputación de Palencia y la Fundación Ramón Areces. Los 45 alumnos que han participado durante el fin de semana en esta actividad formativa (titulada “La diáspora del románico hispánico. De la protección al expolio”) han tratado de buscar respuestas a la cuestión inicial.
Después de diversas conferencias de expertos de varias universidades y museos españoles; después de las visitas efectuadas al Museo de Burgos y al Monasterio de San Pedro de Arlanza, la pregunta sigue en el aire, con múltiples respuestas. He aquí el balance del curso, el resultado de animados debates en los que profesionales y aficionados han planteado reflexiones y opiniones para intentar delimitar el amplio concepto de expolio. “Expolio es una palabra muy gruesa. No hay una definición absoluta, admite múltiples interpretaciones; pero podemos consensuar algunas. Por ejemplo, estamos de acuerdo que un robo de una pieza es un expolio. Pero no todos los casos están tan claros”, explica el Director del Centro de Estudios del Románico, Jaime Nuño.
Casos para debatir
¿Un mural que se arranca de su pared original o una talla que se saca de su iglesia para mejorar su conservación en un museo son casos de expolio? Parece que si la pieza se saca para llevarla a un museo de Estados Unidos es un claro ejemplo de expolio, pero si se lleva a un museo diocesano o a una pinacoteca nacional, la cosa no está tan clara. “¿Son casos de expolio? Cada uno lo entenderá según el grado en que se vea agredido”, añade Nuño, quién además matiza que este asunto del expolio del patrimonio siempre ha estado muy contaminado por intereses económicos y políticos.
Hoy en día profesionales, aficionados, ciudadanos en general, lamentan la pérdida de patrimonio artístico español que se produjo décadas atrás. “Es verdad muchos propietarios las vendieron e incluso malvendieron”, pero fue de forma legal. Entonces, se pueden incluir también en el saco del expolio? Se pregunta Jaime Nuño.
En este intento de delimitar el significado de expolio, los alumnos del curso también han analizado las connotaciones victimistas que en ocasiones adquiere la palabra. “Nos duele ver piezas españolas en museos de Nueva York o en otras partes del mundo; pero parece que olvidamos que en nuestras pinacotecas hay piezas que nosotros apartamos en su día a sus legítimos propietarios”, añade el director del Centro de Estudios del Románico.
Mapa de coleccionistas
Las medidas de control sobre el patrimonio también han suscitado debate entre los alumnos y expertos, que se han preguntado los motivos por los que hoy en día siguen desapareciendo obras, por los que se siguen vendiendo y malvendiendo piezas; por los que los mercados de arte y antigüedades siguen siendo, en ocasiones, tan cerrados, enigmáticos y crípticos. Ante tanta reflexión, una propuesta: diseñar un mapa de coleccionistas para saber cómo y dónde funcionan, con qué materiales, protocolos y políticas. “Hay coleccionistas que son accesibles, pero otros tienen sus colecciones bajo siete llaves, para su propia contemplación y con criterios puramente económicos, de mercado. Hay personajes históricos que se tienen por grandes conservadores del patrimonio cuando en realidad han sido grandes mercaderes”, señala Nuño.
Es preferible llamar a las cosas por su nombre, pero en ocasiones es difícil acotar la definición. Es el caso del expolio. El tema es complejo y el debate extenso, como han comprobado y demostrado los alumnos del XIV Curso de las Claves del Románico, que volverá a celebrarse el mes de agosto, entre los días 2 y 4, con idéntico programa de ponencias y con la misma pregunta inicial: ¿Qué es el expolio?