El pasado día 20 de febrero, se produjo en la planta superior del Ayuntamiento de Brañosera, el primer debate en torno a la situación política en la España actual promovido por la Asociación El Fuero y el propio Ayuntamiento de la localidad, recordemos, el primer ayuntamiento de España, cuyo fuero data del año 824.
A este debate, enmarcado dentro del ciclo de encuentros, mesas y conferencias que dichos promotores han organizado con motivo del 40 aniversario del inicio de la transición en España, acudieron el ex presidente del Senado Juan José Laborda, el exdiputado y exsecretario general del PSOE en Cantabria Jaime Blanco, Joseba Arregui, exconsejero de justicia del gobierno vasco con Ardanza y el catedrático de Derecho Constitucional en la Autónoma de Madrid, Juan José Solozábal. El debate fue dirigido por Claudio Acebo, conocido hombre de la radio en Cantabria.
Estos encuentros se extenderán por otros lugares de la comunidad de Castilla y León y por la de Cantabria en los próximos meses.
Tras la presentación del acto por el alcalde de Brañosera, Jesús Mediavilla, se produjo la intervención durante un breve espacio de tiempo de los cuatro contertulios, que tras una réplica posterior dieron paso a algunas preguntas de los asistentes al debate. El acto se prorrogó hasta las 19,30.
Joseba Arregui inició las intervenciones con un dato a tener en cuenta: su lugar de nacimiento, Andoaín, donde ETA asesinó a López de la Calle y a Pagazartundúa con lo que eso marca siempre. Ferviente defensor de la Constitución en su actual redacción, abogó por la convivencia en libertad respetando el derecho a las diferencias con citas, entre otros, de Sánchez Ferlosio en “Campo de Retamas” sobre la necesidad del Estado -y el temor al mismo-, y de Guillermo Ferrero en “Los genios de la ciudad” sobre la importancia de la Constitución para la convivencia de todos.
Juan José Laborda inició su intervención destacando que en 1977, quienes iniciaban la redacción del movimiento constituyente no estaban preocupados por España, sino más bien por convertirla en un Estado democrático. Denominándose a sí mismo como perteneciente a aquella “generación del 78”, comparó el espacio de tiempo entre la declaración de la República de 1931 y la guerra del 36 con la formación de las primeras Cortes Constituyentes con un gobierno a dedo de Adolfo Suárez en 1977 y las primeras elecciones democráticas y la llegada del PSOE al gobierno en 1982.
Jaime Blanco, médico en Valdecilla, recordó la ilusión -y la zozobra a la vez- de ser elegido diputado en representación de su provincia para una legislatura que luego se ha prorrogado a 35 años como diputado y senador, la diferenciación entre aquellos diputados con profesión propia y los de ahora dedicados a profesionales de la política y su dedicación al servicio público. Y todo esto, en una España con una inflación entonces del 14 ó 15%, un déficit en torno al 10% y un paro aproximado al actual, con una situación más difícil que ésta. Y cómo , a pesar de las diferencias, se llegó a los importantísimos Pactos de La Moncloa donde todos cedieron en pro de un futuro en común. “Entoces sólo estaban organizados la Guardia Civil y la Iglesia”, añadía Jaime Blanco. Y rechazaba la vuelta de calcetín que algunos pretenden hacer con la Constitución española.
Juan José Solozábal, estudioso de la Constitución, comenzaba con la frase “que el bien no se valora hasta que se pierde” y criticando la excesiva complacencia, para valorar al Estado democrático como el medio para poder ser ciudadanos. Con alusiones al “Juan de Mairena” de Antonio Machado como ejemplo del saber valorar la experiencia como un valor en sí mismo antes del “borrón y cuenta nueva” que algunos promueven, aboga por los cambios limitados y consensuados, por ejemplo sobre el tema territorial haciendo una “integración espiritual” o una mejor “clasificación competencial”. O criticando la intervención “en todo” de los partidos políticos y la ausencia de una opinión pública independiente. “Todos viendo Tele5, así nos va” añadió para terminar su intervención.
No todo es culpa de los políticos, añadió Joseba Arregui en su turno de réplica. “¿ Y dónde está la sociedad?” replicó. Nadie llama a las cosas por su nombre, añadió, y contrapeó el Confederalismo que nunca ha funcionado, al Federalismo más útil. Reivindicó el sistema electoral alemán como el más racional y se mojó en cuanto a opinar que la mejor salida para el momento actual la veía en un pacto entre PP, PSOE Y Ciudadanos. En otra intervención posterior añadía que “el bien común” al que tender, estaba basado en una negociación entre dos colectividades: la burguesía y el proletariado -ahora inexistente-, con lo que se han roto las posibilidades de un acuerdo., Ahora hay dos colectividades: el capitalismo productivo y el de consumo, con lo que es más difícil articular intereses colectivos; y ahí está la labor de los partidos políticos.
Laborda se inclinó a su vez por esa misma opción y mostró su pesimismo hacia la celebración de nuevas elecciones en junio. Dio cifras sobre lo que es Europa en el mundo: el 7% de su población, el 25% de su economía y el 50% del gasto social para colegir que no hay que temer a la globalización que es una idea de ”las democracias atlánticas” en pro de la ciencia moderna, el capitalismo, los derechos del hombre y la universidad entre otro avances. Y continuó critacando el déficit de sociedad civil actual en nuestro país y el paso de los debates a la TV donde el auténtico gurú de la izquierda es Wayoming y de la derecha Bertín Osborne.
Jaime Blanco se resistió a la muerte de los partidos políticos e incidió en que el verdadero problema actual es la desigualdad y la pobreza y defendió la permanencia de los Ayuntamientos y las Comunidades porque son las más cercanas a los ciudadanos y no las que provocan un mayor déficit como ha quedado demostrado. A ello se unió fervientemente Solozábal para defender con uñas y dientes el municipalismo: ”Suprimir el municipalismo es de bobos”, añadió, y justificó su presencia en el debate apostillando que, en realidad, a eso había acudido al mismo.