Para seguir impulsando el disfrute del arte y la cultura entre los palentinos y visitantes, la Diputación Provincial muestra en su sala de exposiciones del Centro Cultural una treintena de fotos sobre eremitorios, del norte de Palencia, Burgos y sur de Cantabria, obra de un gran fotógrafo de la provincia: Agustín López Bedoya. Nacido en Ligüérzana (Cervera de Pisuerga), aunque actualmente residente en Majadahonda (Madrid), ha deleitado a la sociedad con un amplio listado de exposiciones.
Todo aquel que quiera conocer la obra expuesta en el Centro Cultural, situado en la Plaza Abilio Calderón, cuyo título es ‘Santuarios del Silencio’, podrá visitarla hasta el día 23 de octubre, entre las 11-14 horas y las 17-21 horas. Los domingos y festivos el horario varía, con apertura única por las mañanas.
En cuanto a la temática de la exposición: eremitorios, hay que decir que el eremetismo es un fenómeno que habría de plantearse y entenderse sobre todo en un sentido espiritual. Viene de épocas de los Padres del Desierto, de monjes sirios, palestinos y egipcios, entre otros.
En la Península Ibérica fueron desarrollados posiblemente entre los siglos IX y X, en plena recuperación del territorio peninsular, y en concreto aquellos diseminados a través del cinturón del Alto Valle del Ebro son los que forman parte del proyecto ‘Santuarios de silencio’, en la cual se exponen ermitas rupestres enclavadas en el norte de las provincias de Palencia, Burgos y la zona meridional de Cantabria.
Los eremitorios pueden ser definidos como enclaves idóneos para retirarse del mundo externo, dado que en ellos prevalece un silencio que se antoja estruendoso. En ellos, junto a ese silencio pueden percibirse tensiones invisibles testimonio de vivencias de aquellos ermitaños que buscaron cobijo en esas cuevas naturales excavando la roca con los instrumentos y medios de trabajo de la época, recreando espacios con apariencia de iglesia, con separaciones entre nave y ábside, grabando en sus paredes inscripciones o signos como el de la cruz, y así convertirlos en lugares sagrados orientados al culto, transformados en “ermitas rupestres”.