Los peces, cachos y bogas fundamentalmente, se encontraban refugiados y aletargados en una antigua toma de fondo del embalse de Aguilar, debido a las bajas temperaturas. El pasado 21 de febrero, y como consecuencia de trabajos rutinarios, los trabajadores de la presa procedieron a la apertura de la compuerta para comprobar el funcionamiento de dicha conducción.
El impacto de la presión de la columna de agua, provocó la muerte de los peces y su traslado río abajo. Inmediatamente se suspendieron los trabajos que contemplaban la apertura de la segunda toma de base. Avisados por los responsables de la presa, agentes del Servicio Territorial de Medio Ambiente en colaboración con una patrulla del Seprona y dos trabajadores del embalse, y después de comprobar que no existe ningún tipo de vertido, proceden durante todo el día de hoy a la retirada y destrucción de los peces.