El delegado territorial, Luis Domingo González, junto con el presidente de la Diputación, José María Hernández, se han reunido en Herrara de Pisuerga con 26 alcaldes de la zona a los que han explicado las principales directrices del nuevo modelo de Ordenación y Gobierno del Territorio que quiere poner en marcha la Junta de Castilla y León. En este encuentro están citados los regidores Ayuela de Valdavia, Barcena de Campos, Báscones de Ojeda, Buenavista de Valdavia, Calahorra de Boedo, Castrillo de Villavega, Collazos de Boedo, Congosto de Valdavia , Dehesa de Romanos, Espinosa de Villagonzalo, Herrera de Pisuerga, Olea de Boedo, Páramo de Boedo, La Puebla de Valdavia, Revilla de Collazos, San Cristóbal de Boedo, Santa Cruz de Boedo, Sotobañado y Priorato, Tabanera de Valdavia, Vaderrábano, Villabasta de Valdavia, Villaeles de Valdavia, Villameriel, Villanuño de Valdavia, Villaprovedo, Villasila de Valdavia, Un total de 2 ayuntamientos con una población total de 5.017 habitantes y una extensión de 803 hectáreas
Esta es la quinta de las ocho reuniones que la Delegación Territorial tiene previsto desarrollar en los próximos meses, hasta junio, con alcaldes de las diferentes zonas o partidos judiciales, de la provincia. Además de informar del contenido de la propuesta de la Junta, la reunión también sirve para ofrecer la colaboración del Gobierno Regional con el fin de resolver todas las posibles dudas, siendo un foro de debate abierto en el que los interesados puedan realizar sus aportaciones, que serán recogidas y estudiadas por la Junta.
La clave del nuevo plan de ordenación radica en fortalecer las entidades locales, promoviendo una referencia territorial más sólida y fuerte para la acción de las administraciones públicas, que permita mayor coordinación y eficiencia entre ellas. El modelo insiste en el mantenimiento de los municipios, buscando una prestación de servicios públicos más eficiente y mejorando la coordinación de la planificación sectorial. El objetivo es fomentar un mayor equilibrio y cohesión territorial en la Comunidad para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Estos fines se han de conseguir a través de economías de escala, para evitar la creación de nuevas estructuras, facilitando la colaboración y cooperación entre administraciones y simplificando administrativamente las gestiones públicas.
Es aquí donde entra en juego la constitución ordenada de asociaciones voluntarias de municipios, los denominados Distritos de Interés Comunitario, que serán las nuevas unidades básicas de la ordenación del territorio. Por su peculiaridad de población y competencias, también constituirán distritos, sin necesidad de asociarse, los municipios de más de 20.000 habitantes.
Con el nuevo modelo se reordenará además el mapa de las mancomunidades, que componen un sistema desequilibrado y redundante. En Castilla y León existen 239, y el 89,7% de los municipios participan en alguna de ellas. En Palencia hay 29 mancomunidades y 2 consorcios. Los nuevos distritos se asentarán sobre un territorio con continuidad espacial y contarán con competencias y servicios determinados y uniformes. Se garantizará que cada municipio pertenezca a un único distrito.
Nuevo papel de las Diputaciones
La fragmentación y el pequeño tamaño de los ayuntamientos son los factores determinantes para esta propuesta regional. Es en estos pequeños municipios rurales, donde la creación de Distritos de Interés Comunitario adquirirá singular relevancia de cara a cumplir los objetivos marcados. Los distritos rurales, con problemas específicos muy diferentes a los urbanos, facilitarán el gobierno local y la prestación de servicios, adaptándose a las diferentes peculiaridades territoriales.
En el caso de la provincia de Palencia, del total de 191 ayuntamientos, solo la capital tiene más de 20.000 habitantes (Palencia), 23 con más de 1.000 habitantes, 12 municipios entre 500 y 1.000 habitantes y 156 municipios con menos de 500 habitantes. Otra novedad del modelo territorial será la racionalización de las funciones de las diputaciones, que participarán en la implantación de los nuevos distritos, colaborando en su funcionamiento -en particular de los distritos rurales-.Todo ello facilitará una mayor coordinación de funciones y competencias con la Comunidad Autónoma. Se trata, por tanto, de adecuar las funciones de las diputaciones a una nueva realidad de Ordenación del Territorio y de gestión de los recursos en la provincia, basada no sólo en la realidad municipal sino también en la existencia de los distritos. El nuevo modelo exigirá de las diputaciones redefinir y modernizar su cartera de competencias y servicios; racionalizar la cooperación económica, ajustando los planes provinciales y los propios a la realidad de los distritos; mejorar la cooperación funcional, complementando los recursos humanos de los distritos; y potenciar los instrumentos de coordinación con la Junta, evitando la duplicidad en servicios.