La Plataforma en Defensa de San Glorio ha criticado a la Junta de Castilla y León por lo que puso de manifiesto en el Día del Turismo sobre la sostenibilidad energética. Javier Escudero González, portavoz de esta plataforma señala que “queremos hacer una llamada de atención acerca de que en esas jornadas se habla de un turismo sostenible y en cambio, quiere aprobar un plan que lo que hace es socavar los recursos de la zona de San Glorio, es una posición hipócrita”.
A continuación se puede leer íntegro el comunicado de la Plataforma en Defensa de San Glorio.
“El pasado 27 de Septiembre se celebró el Día Internacional del Turismo en Castilla y León con este lema ‘Turismo y sostenibilidad energética: propulsores del desarrollo’.
Llama la atención que sea la propia administración autonómica, con su Consejería de Cultura y Turismo a la cabeza, la que arropándose de un supuesto lenguaje ecológico, difunda y defienda el concepto de sostenibilidad a través de una exposición que propugna dogmas arrebatados sin rubor a los movimientos conservacionistas, mientras simultáneamente, está promoviendo un proyecto de Ley Regional para el Desarrollo Turístico Sostenible de San Glorio, que enmascara en forma y fondo la construcción de una Estación de Esquí en un paraje protegido.
Resulta paradójico que en los mismos folletos de la exposición se afirme literalmente principios como “Los recursos naturales y culturales se conservan para su uso continuo en el futuro, al tiempo que reportan beneficios”, o “El desarrollo turístico se planifica y gestiona de forma que no cause serios problemas ambientales o socioculturales”, o “la calidad ambiental se mantiene o mejora”.
Díganme ustedes si una Estación de esquí cumple alguno de los requisitos que se han enumerado anteriormente. El impacto de la macroestación que se quiere implantar tendría consecuencias irreversibles sobre la fauna y flora de la zona, endemismos incluidos; se contaminarían las aguas y el aire por la llegada de miles de coches y decenas de miles de personas dejando abundante desperdicios por todas partes; el desbroce de vegetación, el movimiento de tierras, el desvío de las aguas, la construcción de centenares de pilones, casetas, tuberías, caminos de acceso, parkings, balsas de agua,… todo ello con la excusa de que la nieve se aprovecha temporada tras temporada.
Lo que no dicen, los responsables públicos ni la empresa que lo promueve, es las cifra de consumo energético ingente que necesita para funcionar, lo que no cuentan es que la innivación y el frío año disminuye año tras año, ocultan las cuentas negativas del resto de las estaciones de la Comunidad con millones de euros de pérdidas, se callan que, como Ley que es, expropiarán las tierra a los propietarios sin contar con ellos, miran para otro lado cuando desde Asociaciones de la zona plantean otras alternativas empresariales por y para la gente de la zona… ¿Tan acostumbrados estamos a su soberbia y prepotencia que no vemos la cruda realidad de los hechos? Podríamos decir que los loables objetivos de la Consejería deberían plasmarse finalmente en sus proyectos y propuestas; pero no, realmente no; es simplemente una letanía que repite una y otra vez lo contrario de lo que hacen para engañar a propios y extraños acerca del verdadero papel depredador que ha asumido la clase política de la Comunidad.
Por último, y para los más escépticos, la Junta nunca ha tenido un informe serio técnico o científico que muestre el beneficio global de tal descabellada idea. Más bien, todo lo contrario. Universidades,
CSIC, meteorólogos y científicos han desaconsejado su construcción una y otra vez por motivos ambientales, climáticos, económicos, culturales y sociales; Incluso jurídicamente con sentencias del TSJ de Castilla y león y del Tribunal Supremo por ir en contra de la propia Ley Autonómica y Nacional. Pero no se echan para atrás, simplemente, incurriendo en fraude de Ley Única y de interés General, se pasan todos los fallos por la badana. Así de claro entonces, ¿cual es el verdadero interés? España está en venta. La deuda arrastra al país.
Privaticemos los espacios naturales. Vendámoslos. Permitamos su expolio para seguir pagando los intereses a los especuladores. Triste, pero indefectiblemente cierto”.