Representantes de los ayuntamientos de la comarca del Boedo y la Ojeda se reunieron para acordar medidas conjuntas con el objetivo de frenar un modelo de desarrollo que aseguran, condicionará la supervivencia de las actividades económicas principales de la comarca.
A la reunión acudieron la mayor parte de los representantes de las localidades afectadas por las Macrogranjas, junto con miembros de la Plataforma Pisoraca y Comarcas Vivas que mostraron su total disposición a colaborar con los consistorios.
Así, el lunes tuvo lugar una reunión en el Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga a la que acudieron los equipos de gobierno de las localidades afectadas por la instalación de proyectos de ganadería porcina. En dicho encuentro, los representantes políticos mostraron su total rechazo al macroproyecto, así como transmitieron la preocupación que los vecinos de sus respectivas localidades les hacen llegar de forma generalizada a sus respectivos consistorios por la colocación de 14 explotaciones porcinas con un total de 114.000 cerdos.
Por su parte, también asistieron a dicha reunión portavoces de la plataforma ciudadana Pisoraca y Comarcas Vivas, quienes mostraron su total disposición a colaborar con los consistorios y estar al servicio de los mismos para la organización de movilizaciones y otras acciones conjuntas para frenar los proyectos.
Los representantes del Ayuntamiento de Herrera, hicieron referencia a la experiencia acumulada de los territorios en los que ya se ha implantado este tipo de instalaciones de ganadería industrial y en los graves inconvenientes que esto ha traído para sus localidades como olores, impacto visual, consumos desmesurados de agua, contaminación del suelo y acuíferos, emisión de gases de efecto invernadero, además de ser espacios potencialmente origen de focos de infección en pandemias.
Por otro lado, se manifestó la total preocupación considerando que la instalación de cualquiera de las pretendidas explotaciones no solo no contribuirá a evitar la despoblación de los núcleos de la zona, sino que provocará la desaparición progresiva de aquellas poblaciones. Más aún, al no tratarse de una granja concreta que incidiría en una determinada localidad, sino que se formaría una malla territorial de ellas, que afectará a comarcas enteras que serán percibidas por la ciudadanía como territorio insalubre, donde no solo se perderá toda ilusión por recuperar viviendas y población sino que además se depreciará el valor de propiedades y negocios.
Habida cuenta de los problemas expuestos, el acuerdo de los asistentes fue unánime, mostrando su intención de llevar mociones a sus respectivos ayuntamientos con los que poner de manifiesto su total rechazo a los proyectos, así como solicitando a la Junta de Castilla y León que escuche a sus ciudadanos y actué frente al a los proyectos que tienen en jaque a toda la comarca.