El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro presentó ayer el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado 2018 en el que se ha incluido una partida presupuestaria dedicada al Canal de Castilla.
Esta dotación permitirá la elaboración del proyecto de rehabilitación del conjunto de la esclusa 13 del Canal de Castilla (Naveros de Pisuerga). El proyecto, presentado por la Diputación de Palencia al Ministerio de Fomento, incluye la construcción de un puente nuevo de tal manera que el actual modificaría su uso y quedaría cerrado al paso de vehículos. El nuevo puente sobre el Canal se construiría garantizando todas las condiciones para la seguridad de la circulación y su diseño permite una integración total en el paisaje del Conjunto Histórico.
Además, esto permite seguir avanzando en la conservación y la recuperación de un elemento singular para la provincia de Palencia que cuenta con la protección de Bien de Interés Cultural, al mismo tiempo que contribuiría a potenciar turística y culturalmente la que es la obra de ingeniería civil más importante de la Ilustración española y un conjunto histórico único en España.
La esclusa 13 del Canal de Castilla constituye un conjunto hidráulico típico en el discurrir de esta vía fluvial. Consta de una esclusa de forma ovalada con un puente de arco de medio punto para paso de vehículos; junto a la esclusa se levanta la casa del esclusero y al otro lado del cauce, realizando una derivación al canal y aprovechando la energía del salto de cota, se erigió un molino. El conjunto se completa con otros dos pequeños puentes dispuestos al inicio y final del by-pass con que las aguas alimentan el molino.
La recuperación de todos estos elementos arquitectónicos e ingenieriles pasa por la solución del problema de tráfico que se genera en este punto, donde la carretera provincial PP-6112 ocupa el camino de sirga de la margen izquierda y cruza por encima del canal a través del puente que en su día se construyó para dar paso a carretas y sobre el que hoy discurren toda clase de vehículos.
De esta forma, además de resolverse el conflicto del tráfico, se posibilita la recuperación de la imagen de la esclusa al poder eliminarse toda la señalización que abarrota sus márgenes. Esta “liberalización” no sólo afecta a la imagen, sino también al uso, ya que, una vez que la esclusa y su puente anejo quedan fuera de la vía de tráfico, su antigua calzada y su entorno pueden recuperarse para usos recreativos que permitan poner en valor las construcciones y elementos hidráulicos, dentro de un contexto de utilización relacionado con el turismo, el deporte y la pesca.