Analizar algunas “obras maestras del románico hispano” desde una perspectiva diferente. Es el reto de las II Jornadas de Arte Románico, que celebra desde ayer, de manera online, la Fundación Santa María la Real, con la colaboración del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC.
Tras una primera sesión dedicada la catedral de Jaca y San Salvador de Leire, la jornada de hoy se centra en San Isidoro de León y el templo palentino de San Martín de Frómista. Las jornadas finalizan mañana, con sendas ponencias sobre el claustro de la catedral de Tarragona y el castillo de Loarre.
En la primera ponencia de hoy, la investigadora del CSIC Therese Martin ha analizado el espléndido tesoro del monasterio de San Isidoro de León, que cuenta con auténticos objetos de lujo de marfil, oro, plata y seda de los siglos X al XII. Por su variedad y riqueza, esta colección “brinda una oportunidad singular para la investigación multidisciplinar sobre los tesoros hispanos en época románica”.
Según ha explicado Martin, más que un cúmulo de piezas fruto del azar, la creación de un tesoro es “un testigo material que desvela los intereses, las posibilidades y las aspiraciones de quiénes lo establecieron”. Para los monarcas y su parentela, los tesoros podían funcionar como una fuente de obsequios para los aliados, como posesiones de prestigio “para ostentación ante un público de élite” o como reservas financieras que se podían despiezar en tiempos de necesidad.
La investigadora también ha destacado que pocos tesoros de la Península ibérica pertenecientes a la Plena Edad Media han llegado a nuestros días en un estado casi intacto, como en este caso; y ha revelado que, según las inscripciones, las responsables de la colección isidoriana fueron sobre todo las reinas e infantas de León, “desde la reina Sancha a mediados del siglo XI hasta su bisnieta tocaya hacia 1150”.
Frómista, uno de los edificios más mediáticos del románico español
Por su parte, el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Senra Gabriel y Galán, abordó otras de las joyas románicas de Castilla y León: la iglesia monástica de San Martín de Frómista, “uno de los edificios más mediáticos del románico español”, que siempre se ha movido “entre los más encendidos entusiasmos y la crítica sin matices por la excesiva restauración a la que fue sometido”.
En su intervención, Senra se hace eco de las múltiples interpretaciones y debates surgidos en el siglo XX en torno a la cronología del edificio y de las circunstancias específicas en las que se erigió; para intentar responder a preguntas que hoy en día siguen sin tener una respuesta unánime: ¿Cuándo fue construido? ¿Qué mecenazgo pudo estar tras él? ¿Fue el edificio que financió la fundadora del monasterio en 1066? ¿Fue producto de una iniciativa real posterior?
La catedral de Tarragona y el castillo de Loarre
Las jornadas llegarán a su fin mañana, jueves, con las intervenciones de Gerardo Boto Varela y Marta Poza Yagüe, profesores de las Universidades de Girona y la Complutense de Madrid, respectivamente. El primero se centrará en el “proceso constructivo e hitos visuales” del claustro de la catedral de Tarragona; mientras que la segunda hará un repaso de las “fases, promotores y talleres del conjunto religioso-militar de Loarre”.
La Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico es una entidad privada sin ánimo de lucro, cuya misión fundamental es generar desarrollo sostenible y activar los territorios, mediante la puesta en marcha de proyectos e iniciativas innovadoras basados en tres ejes: personas, patrimonio y paisaje. Actualmente, el trabajo de la Fundación se estructura en tres grandes áreas: Empleo y Emprendimiento, Atención Social y Turismo y Cultura.