Este mes se cumplen 22 años desde que Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores y/o dependientes que la Fundación Santa María la Real gestiona en Aguilar de Campoo, abriese sus puertas. Desde entonces hasta hoy han atendido a más de 600 personas y han extendido su modelo a otros lugares, como Valdelafuente, en la provincia de León.
Llegar aquí, no ha sido una tarea fácil. Tercera Actividad, como la propia Fundación, surgió al albor de las Escuelas Taller. “Allí se formaron parte de las personas que iniciaron esta aventura”, comenta Alejandro Serrano, director del centro, “el edificio que hoy ocupamos, el antiguo colegio de los Italianos, también se rehabilitó y acondicionó gracias a una escuela taller”.
Al fin y al cabo, el reto era doble: cuidar de personas mayores y generar empleo en el territorio. Abrieron con tan solo un residente, Teófilo, al que los más veteranos como María Jesús Julián, responsable de atención directa, recuerdan con mucho cariño, “mi primer día en el centro, me tocó turno de noche y estuve constantemente pendiente de él, sentía la responsabilidad de cuidarle, de que pudiese pasarle algo”.
El caso de María Jesús no es único. Son varias las personas del equipo que trabajan aquí desde el primer día y otras tantas las que llevan ya más de dos décadas. “Es un orgullo y una garantía que el equipo de profesionales se mantenga, dota de estabilidad al centro y aporta seguridad a las familias y a las personas a las que atendemos”, explicar Alejandro. No en vano, la plantilla ha ido creciendo con el centro y con los residentes.
Más de 600 personas atendidas
A lo largo de este tiempo han atendido a más de 600 personas. “Imagínate la cantidad de gente que ha pasado por aquí, pues creo que les pongo cara a casi todos”, asegura María Jesús, “todos tienen algo que te llena, incluso quienes no se pueden expresar te llegan y te hacen sentir que son parte de tu vida, porque al final somos como una familia”. “Más que una familia – apostilla Javi García, responsable de mantenimiento del centro – les llegas a coger mucho cariño y les echas en falta cuando ya no están”.
Mucho más que una residencia
Si algo ha caracterizado desde su origen a Tercera Actividad, es su apuesta constante por ser un centro abierto, participativo y conectado con la sociedad. En la celebración de su aniversario lo han vuelto a demostrar, dado que no han faltado actuaciones de teatro a cargo de alumnos del colegio San Gregorio; jotas con el grupo de danzas Alborada o un emotivo concierto, a cargo de un improvisado grupo, compuesto por familiares y por parte del equipo. “Surgió la idea, nos pusimos a ensayar y, bueno, ha sido nuestra primera actuación juntos, debut para algunos de los integrantes, pero lo hemos pasado muy bien”, asegura Ángela Soria, fisioterapeuta, guitarrista y voz femenina del grupo.
“Nos hemos ido adaptando a los tiempos y a las necesidades de las personas a las que atendemos”, explica Alejandro Serrano, “contamos, por ejemplo, con dos fisioterapeutas que prestan servicio dentro y fuera del centro; disponemos de aulas de formación, centro de día, asistencia a domicilio…”. También han adaptado el espacio y cuentan con una unidad de convivencia, donde las personas pueden desarrollar una vida más autónoma e independiente.
Por si esto fuera poco, llevan un tiempo trabajando para adaptarse a la Normativa Libera Care, que aboga por centros libres de sujeciones físicas o psíquicas, “creemos en prestar una atención profesional, centrada en la persona, que se aparta del concepto asistencial para acercarse a una visión más existencial, orientada a ayudar a las personas a alcanzar sus metas y proyectos de vida”. Quizá, por ello, hace ya unos años, pusieron en marcha “Contigo en casa”, un servicio destinado a acercar a quienes lo necesitan el trabajo de sus profesionales, ofreciendo acompañamiento a consultas médicas, comida a domicilio, asesoramiento o actividades terapéuticas.
Gracias a todo ello, hoy por hoy, Tercera Actividad sigue haciendo honor a su nombre y a su lema “nuestro mayor cuidado”, demostrado cada día que “no hay edades, sino experiencias”.