La Fundación Santa María la Real acaba de editar el libro Las dos vías del monacato occidental: los seguidores de San Benito y San Agustín, un completo volumen de 272 páginas e ilustraciones a color en las que se analizan las manifestaciones de las dos vías más significativas del monacato medieval en su doble dimensión: la histórica y la artística.
El libro recoge las ocho ponencias del XXXV Seminario sobre Historia del Monacato, celebrado el pasado mes de julio en Aguilar de Campoo y en las que se abordaron asuntos relacionados con el origen y la difusión de las Reglas monásticas en el Occidente Cristiano, las órdenes militares hispanas o el arte en los monasterios cluniacenses y cistercienses. También se recoge el surgimiento de la Orden premostratense que, en 2021, coincidiendo con la celebración del seminario, conmemoró su noveno centenario.
Los artículos están firmados por reconocidos expertos medievalistas de universidades de Cantabria, Castilla-La Mancha, Madrid y Barcelona, entre otras. La coordinación, como como viene siendo habitual, la ha realizado Ramón Teja y José Ángel García de Cortázar, catedráticos de la Universidad de Cantabria y directores del Seminario sobre Historia del Monacato del que surge la publicación.
Las dos vías del monacato occidental
Los ocho capítulos de este libro analizan los dos itinerarios que siguieron las principales manifestaciones del monacato medieval, tanto desde el punto de vista histórico cómo artístico. Por un lado, la regla de san Benito, guía precisa de la vida del monje en su monasterio; de otro lado, la llamada regla de san Agustín, conjunto flexible de sugerencias de vida en común. De las dos, la benedictina recorrió triunfante los monasterios medievales a partir del momento en que se fundó el dedicado a los santos Pedro y Pablo en la localidad borgoñona de Cluny. Desde entonces, y especialmente durante el siglo XI, los monjes de hábito negro no sólo habían ido ocupando los monasterios de la Cristiandad latina, sino que los habían dotado de una codificación arquitectónica que resolvía los problemas espaciales de la vida comunitaria. Como reacción contra sus excesos de mundanización surgieron los monjes cistercienses, que, aspirando a seguir con rigor la misma regla de san Benito quisieron distinguirse de ellos desde el propio color de su hábito, ahora blanco, y la inicial austeridad de sus edificios. Paralelamente a estos dos movimientos monásticos de Cluny y Citeaux se fue produciendo una monaquización de los sacerdotes seculares que escogieron para su organización la regla de san Agustín. Estas dos reglas fueron tomadas también por las órdenes militares hispanas.
La nueva publicación ya está a la venta en librerías, centros especializados y en la tienda online de la Fundación Santa María la Real al precio de 24 euros.