Siete de las nueve personas (seis mujeres y tres hombres) que han participado han completado con éxito una nueva edición del programa mixto de formación y empleo de “Atención Sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales”.
Financiado por la Junta de Castilla y León, el programa se ha impartido en las instalaciones de Tercera Actividad, el centro de atención a personas mayores y/o dependientes que la Fundación Santa María la Real gestiona en Aguilar de Campoo.
Durante los seis meses de duración del programa, 900 horas de trabajo y formación, los participantes han dispuesto de un contrato laboral, que les permitía asistir a las clases teóricas en las que las docentes les han ayudado a adquirir las competencias profesionales necesarias. “El programa consta de cuatro módulos formativos: dos de carácter psicosocial y de organización, y dos de carácter higiénico-alimentario y sanitario”, explica Nuria Estalayo, profesora coordinadora de la actividad, para concretar que básicamente lo que aprenden es “a tratar de la forma más adecuada a las personas dependientes, al margen de su edad o grado de dependencia”.
Así, ahora mismo conocen el modo en el que se les debe mover, vestir, asear o alimentar. También han aprendido cómo se deben comunicar con ellos, escucharlos, apoyarles, animarlos o acompañarlos y, cómo no, son capaces de detectar cualquier cambio significativo que precise de una mayor atención.
No en vano, llevan seis meses trabajando y formándose en Tercera Actividad. “Es un ciclo formativo exigente y muy completo en contenidos”, apunta Jesús Francisco, uno de los alumnos del curso; mientras su compañera Isabel, constata que ha “aprendido muchas cosas” y le ha servido para ver de lo que es capaz.
Jesús Francisco valora el “despliegue de medios educativos tanto escritos como audiovisuales, acompañados de múltiples ejercicios prácticos; así como a las formadoras y el equipo multidisciplinar del centro Tercera Actividad”. Para Isabel, lo mejor ha sido “conocer personas y compañeros excepcionales”. También valora la suerte que tuvo al ser elegida para participar en el programa y se siente bien por “haber aportado mi cariño a los mayores”.
Múltiples salidas profesionales
Muy pronto ambos y sus compañeros de viaje obtendrán el certificado que les acredita como profesionales de la atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales. Un campo, en el que según afirma su tutora, dispondrán de una “importante fuente de empleo y no solamente en instituciones, ya sean residencias, centros de día u otras, sino también para quienes precisen de un cuidado cualificado en su hogar”.
“En estos tiempos de pandemia el personal de atención sociosanitaria, sobre todo los auxiliares de geriatría, han demostrado y siguen demostrando, la gran labor que realizan en los centros residenciales y fuera de ellos”, apunta Nuria Estalayo. “Esto está ayudando a dignificar una profesión que aporta mucho a la sociedad y que, sin embargo, a veces, es subestimada. Ahí están, día a día con las personas mayores y otros dependientes: cuidándoles, dándoles ánimos, haciéndoles compañía, escuchándolos y regalándoles sonrisas cuando la familia no puede estar”, concluye.