Este sábado, en el transcurso de una cacería de jabalí celebrada en la Reserva Regional de Caza Fuentes Carrionas, se detectó la presencia de un oso pardo en las inmediaciones de puestos de cazadores desde donde se habían realizado disparos. Ante la posibilidad de que pudiera haberse disparado sobre el oso, el celador responsable procedió a suspender la cacería. En la zona donde se avistó al oso se pudo localizar un rastro con manchas de sangre, por lo que se dio aviso al Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, que tomó testimonio a los cazadores de los puestos más próximos.
Para intentar esclarecer los hechos se han recogido muestras de sangre del animal herido, que serán remitidas al laboratorio para su análisis genético y poder determinar si efectivamente corresponden a un oso pardo.
Con el fin de intentar localizar al animal herido, durante todo este fin de semana se ha mantenido un operativo de rastreo en el que han participado agentes medioambientales, celadores, técnicos y veterinarios de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, personal de la Fundación Patrimonio Natural y la Fundación Oso Pardo, y agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. En las tareas se ha contado con perros especializados en seguimiento de rastros de animales heridos.
Dada la proximidad del límite territorial con Cantabria, se ha informado del hecho también al Servicio de Conservación de la Naturaleza del Gobierno cántabro, cuyos agentes han colaborado también en el operativo.
Aunque todo el entorno se ha prospectado de manera minuciosa, no ha sido posible localizar al animal, que puede haber abandonado la zona. Está previsto mantener la vigilancia en los próximos días, a la espera de los resultados del análisis genético de las muestras remitidas al laboratorio.